Zhang Yimou está siendo investigado y podría llegar a pagar una multa de 26 millones de dólares.
En China sólo se puede tener un hijo.
Muchos han criticado una política del "hijo único" que al final sólo se aplica a las clases medias y bajas de la población.
El director de cine chino Zhang Yimou, famoso por películas como "Sorgo rojo" o "Vivir", es blanco de muchas críticas en su país después de que varios medios le acusaran de tener siete hijos, lo que viola las leyes nacionales que en general prohíben a las familias tener más de un vástago.
Según publicó el diario South China Morning Post, Zhang, de 61 años y realizador del único filme chino que ha estado nominado para un Oscar ("Héroe"), podría ser multado con más de 26 millones de dólares (12.260 millones de pesos) si se confirman las acusaciones, que aparecieron primero en el rotativo Chongqing Evening News.
De acuerdo con este medio, Zhang tuvo la pasada década tres hijos con la actriz Chen Ting, antes de que ambos se casaran en secreto en 2011, a los que hay que sumar otro vástago con su esposa anterior, Xiao Hua, y tres más con dos mujeres cuyos nombres no se publicaron en el artículo.
La noticia se extendió rápidamente en las redes sociales chinas, donde muchos han criticado una política del "hijo único" que, de confirmarse éste y otros rumores en torno a celebridades chinas, millonarios y líderes políticos, al final sólo se aplica a las clases medias y bajas de la población.
Cuestionamientos
Zhang, premiado en los años 80 y 90 en los principales festivales europeos por sus filmes de crítica social, se ha convertido en este siglo en uno de los directores más comerciales de China, y fue el encargado de crear las aclamadas ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos de Pekín.
Su ascenso en fama y fortuna ha ido acompañado de crecientes críticas tanto dentro de China -donde muchos le acusan de venderse al cine comercial o "el que gusta a los extranjeros"- como en el exterior, ya que los medios foráneos defienden que en la actualidad su cine es nacionalista y está al servicio del régimen.
La política del hijo único se instauró a finales de 1970 para frenar la superpoblación en China y, según las estadísticas gubernamentales, ha logrado parar el crecimiento demográfico anual desde 1,35 millones de nuevos habitantes por año en 1980 a los 630.000 actuales.
En los últimos años ha habido llamadas a relajar esta política, sobre todo en zonas más desarrolladas de China (entre ellas la provincia de Cantón) donde las nuevas generaciones no son suficientes para cubrir las necesidades del mercado laboral local.
