El cineasta serbobosnio estrenó la noche del martes un montaje basado en su filme "Tiempo de gitanos", y se ganó una ovación del público de La Bastilla.
La ópera punk del cineasta serbobosnio Emir Kusturica en el Teatro de la Bastilla en París fue objeto de una gran ovación durante su estreno la noche del martes, revelaron los medios locales.
La obra, de más de dos horas de duración, se basa en la exitosa película "Tiempo de gitanos", por la que Kusturica ganó en 1989 el premio al Mejor Director del Festival de Cannes.
Cuando el cineasta salió al escenario tras la representación, el público se puso de pie y lo premió con aplausos, los que compartió con su grupo musical, la No Smoking Orchestra, y la orquesta sinfónica The Garbage Serbian Philarmonia.
Ambas agrupaciones acompañaron la trágica historia del niño gitano "Perhan" con un salvaje y divertido punk étnico, y con melancólicos sonidos balcánicos.
"Creo que la ópera me gusta más que el cine. La ópera me permite saltar al abstracto y se corresponde por eso mucho más con mi concepción artística. Me siento bien en este mundo abstracto", dijo el director.
Según reseñó la prensa francesa, Kusturica sume al espectador en un colorido mundo operístico, en el que se baila y se bebe mucho, y en el que junto con niños gitanos jugando al fútbol recorre el escenario donde abundan gansos graznando.
Para los papeles protagonista del joven gitano "Perhan" y su novia, "Azra", Kusturica, nacido en Sarajevo, eligió a Stevan Andelkovic y Milic Todorovic.
La representación se nutre sobre todo de la música. Mientras en la película Kusturica podía jugar con la cámara para crear dinamismo, tensión y sorpresa, ahora recurre al pop balcánico, el jazz, el folk gitano, el punk y el rock, que mezcla en un fuego de artificio acústico, que genera mucho ambiente y ritmo pero también seriedad y melancolía.
"Posiblemente se ubique más bien entre la opereta y el musical. Pero todo eso hay que verlo más bien en el espíritu de un Monty Python", dijo Kusturica antes del estreno.
El cineasta reconoció que presentarse en un teatro tan establecido como La Bastilla le dio algo de miedo, pero aseguró que las condiciones de trabajo fueron óptimas.
"Nosotros no somos necesariamente puntuales y bien organizados siempre. Y ellos aceptaron nuestro ritmo y nos dejaron total libertad", agregó sobre el montaje, que estará en cartelera en la capital francesa hasta el 15 de julio. (Agencias)
