"Khodorkovsky" desapareció hace una semana, poco antes de su presentación.
La policía abrió una investigación, pero hasta ahora no hay pistas.
La Berlinale estrenó "Khodorkovsky", el documental que aborda las múltiples cuestiones, tanto personales como políticas, abiertas en torno al exmagnate ruso encarcelado Mijail Jodorkovski, que llegó al festival tras el misterioso robo de una de sus copias.
"Me interesa sólo la persona de Jodorkovski, esclarecer cómo alguien que fue primero socialista y luego capitalista, pasó de ser el oligarca más poderoso del país a enemigo número uno del Estado", explicó el director del documental, el alemán Cyril Tuschi, tras el pase para la prensa.
El realizador, cuyo filme incluye entrevistas tanto a personas del entorno del exoligarca como a enemigos declarados suyos, y que se encontró brevemente con este en la cárcel, admitió haber sentido miedo a posibles represalias contra él y contra sus entrevistados.
"Al principio teníamos miedo. No sólo yo. Muchos de los que hablaban conmigo temían por sus negocios. Otros me preguntaban si yo era un espía y quién me pagaba. Pero no podemos dejarnos llevar por el miedo. Mi propósito es tender un puente de comunicación", explicó Tuschi.
Los temores a represalias aumentaron a raíz del robo, poco antes del estreno, de una copia del documental, varios computadores y material diverso de la oficina del director, en Berlín, que apareció destrozada y con la puerta de acceso forzada.
La policía abrió una investigación, pero hasta ahora no hay pistas concretas sobre los autores de estos hechos.
El robo siguió a la sustracción, unas semanas atrás y en una habitación de un hotel, del disco duro de un computador de Tuschi en que el cineasta también conservaba fragmentos del filme.
