Actriz llegó a dicho país como embajadora de buena voluntad de Acnur.
Rafael Correa celebró la sencillez y sensibilidad de la estrella de Hollywood.
La actriz estadounidense Angelina Jolie, embajadora de buena voluntad de ACNUR, mantuvo este viernes una reunión con el presidente de Ecuador, Rafael Correa, en el marco de la conmemoración del Día Mundial del Refugiado que se celebra el próximo domingo.
La actriz, que llegó el jueves a Ecuador, recorrió algunas comunidades de la provincia amazónica de Sucumbíos, fronteriza con Colombia, donde reside un alto número de refugiados de ese país que huyen del conflicto interno colombiano, antes de reunirse con Correa en la ciudad amazónica de Shushufindi.
La Secretaría de Comunicación de la Presidencia informó en su revista digital de que en el encuentro, la actriz se comprometió con el presidente Correa a apoyar "a los refugiados desde la posición que ella ocupa a nivel internacional" y felicitó a Ecuador por la política que adelanta en favor de los refugiados.
Correa calificó a Jolie de "una linda persona" y señaló que le dio "una muy buen impresión" por ser "muy sensible, muy sencilla".
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| Correa y Jolie. (Foto: EFE) |
Asimismo, Angelina Jolie habló sobre el problema humanitario de los refugiados en una videoconferencia que fue retransmitida en un acto celebrado en el Departamento de Estado de EEUU.
Durante este acto, auspiciado por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, para conmemorar el Día Mundial del Refugiado, intervinieron también en la distancia el alto comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Antonio Guterres, y un grupo de refugiados del Congo.
Al encuentro de Jolie y Correa también asistieron el canciller, Ricardo Patiño, y el ministro de Seguridad Interna y Externa, Miguel Carvajal, mientras que de parte del organismo internacional asistieron la representante de Acnur en Ecuador, Deborah Alizondo, y el responsable en Lago Agrio, Javier Crearch.
En Ecuador vive una población de 53.000 refugiados, de los que el 98,5 por ciento son colombianos que viven en las provincias fronterizas, aunque según los cálculos de ACNUR hay más de 135.000 personas en el país vecino que necesitan protección.
