El director de "No" estaba hace más de un año en conversaciones con Universal Pictures.
El protagonista ya no será cubano, sino que mexicano en medio de las redes criminales de Los Angeles.
Larraín recientemente participó en la Berlinale con "El club".
El cineasta chileno Pablo Larraín, reciente ganador de un Oso de Oro por su película "El Club", fue seleccionado como director del remake del filme "Scarface", informó este jueves The Hollywood Reporter.
El director de la película "No" estará a cargo de la adaptación de la historia del cubano "Tony Montana", quien en este caso será un mexicano, informó este jueves el diario.
Larraín estaba hace más de un año en conversaciones con Universal Pictures, quienes han producido todas las versiones de la historia de Manero, añadió el portal informativo.
Además, el cineasta chileno habría sido escogido después de que David Yates, director de casi todas las películas de la saga juvenil "Harry Potter", rechazara la oferta por estar participando de una nueva versión de "Tarzán".
El cineasta chileno trabajará con Jonathan Herman como guionista y Marc Shmuger como productor de Global Produce; Scott Stuber y Dylan Clark, por Bluegrass Films; y Jone Mone y Jay Polidoro, por Universal.
La primera versión de "Scarface" fue dirigida por Howard Hawks y Richard Rosson en 1932. Después, Brian de Palma la realizó en 1983 con la participación de Al Pacino, convirtiéndose en todo un éxito.
En la película que dirigirá Larraín, "Tony Manero" será un mexicano que se mueve dentro de los actuales círculos de inmigrantes latinos de la ciudad de Los Ángeles (EE.UU.).
Larraín compitió en la pasada Berlinale con "El Club", una película que explora en las dinámicas de un grupo de sacerdotes perdidos entre la pederastia y la corrupción dentro de la Iglesia, con la cual ganó un Oso de Oro en la categoría de Gran Premio del Jurado.
No es la primera vez que Larraín es reconocido por su trabajo a nivel internacional. Su film "No", sobre la campaña en Chile del plebiscito contra Augusto Pinochet, en 1988, lo catapultó a la nominación al Oscar por mejor filme de habla no inglesa.
