Político y de culto: El cine de Leonardo Favio
En 1960 que llegó a estrenar su primer cortometraje, dando con su otra pasión aparte de la música.
Pero su peronismo ferviente se vio cristalizado en el momento que se volcó al cine documental.
En 1960 que llegó a estrenar su primer cortometraje, dando con su otra pasión aparte de la música.
Pero su peronismo ferviente se vio cristalizado en el momento que se volcó al cine documental.
Si bien era más conocido a este lado de la Cordillera de los Andes por su faceta de músico baladista, el recientemente fallecido Leonardo Favio además de las melodías cultivaba otra pasión que lo llevó a ser una de las mayores figuras en Argentina.
No contento con tener éxitos como "Fuiste mía un verano" y "Ella ya me olvidó", Fuad Jorge Jury (nombre real del trasandino) buscó canalizar su creatividad en otras vetas artísticas. En su avance por distintas manifestaciones, descubrió un potencial en el cine, momento en el que comenzó a escribir guiones.
Amasando este nuevo oficio, fue en 1960 que llegó a estrenar su primer cortometraje de reconocimiento "El amigo", y así fue que se comenzó a curtir una seguidilla de filmes que llevarían a transformarse en un director de culto en su país.
De acuerdo con periódico El Clarín, "su filmografía admite varias lecturas de contraposición. Una primera etapa, hasta mediados de los 70, no sólo de calidad sino profusa. Una segunda, en los últimos años, con filmes más espaciados y de larga producción".
Su historial también se nutre de otros cineastas con experiencia como Leopoldo Torre Nilsson, figura con la que colaboró como actor en "La mano en la trampa" (1961) y "El secuestrador" (1958).
Si se habla de puntos creativos altos entre las cintas de Favio, "Crónica de un niño solo" (1965) y "El romance del Aniceto y la Francisca" (1967) cuentan con la venia de la crítica argentina, que incluso en su momento las llegaron a mencionar como "las mejores de la historia del cine nacional".
Aunque por otro lado, "Nazareno Cruz y el lobo" (1975) se alza como un fenómeno que no tiene mayores competencias de taquilla, que convocó a casi 3 millones y medio de personas en los cines.
Peronista ferviente
La postura política de Leonardo Favio también tuvo cabida en su filmografía, por ejemplo, "Soñar, soñar" se transformó en un ícono que marcaría a otros realizadores, tras ser estrenada poco antes del golpe de Estado de 1976 y duró apenas unos días en cartelera.
Pero su peronismo ferviente se vio cristalizado en el momento que se volcó al cine documental con "Perón, sinfonía del sentimiento" (1999), un relato desatado sobre su ideología que se extiende por seis horas. De esta manera se mostró como un artista militante y que aborrecía lo que él mismo definía como "disfrazados de peronistas".
Leonardo Favio poseía "una estética personal en la que reconoció y expresó una filiación y pertenencia ideológica, resaltando la dimensión afectiva que incorpora a la política argentina el peronismo como novedad histórica", sentencia en su obituario Ambito.com.
A lo largo de su carrera se hizo con diversos premios nacionales e internacionales, resaltando el Goya en 1994 por "Gatica, el mono", y recientemente en agosto pasado el galardón Presidente Néstor Kirchner a "su trayectoria artística y sus convicciones intransferibles".
Leonardo Favio falleció este lunes tras permanecer internado bajo cuidados intensivo en un recinto hospitalario argentino, a causa de una neumonía grave.