La modelo y reina de Viña 2017 brindó su apoyo a los vecinos del campamento "Felipe Camiroaga" que protestaron en Hotel O'Higgins.
La organización reagendó el evento para este domingo.
La modelo se preparó por más de seis horas para el "piscinazo".
Una agitada jornada ha golpeado al Festival de Viña del Mar. Luego de la cancelación del clásico piscinazo de la reina, Kika Silva rompió el silencio y empatizó con las demandas de los vecinos viñamarinos.
Una decena de habitantes del campamento "Felipe Camiroaga" llegaron al Hotel O'Higgins cerca del mediodía, donde exigieron ayuda por parte del municipio ya que llevan dos años pidiendo que se les habilite luz eléctrica y agua potable en sus viviendas.
Ante esta situación, la organización del evento decidió reagendar la actividad para mañana domingo en el mismo sector.
La reina de esta edición del certamen se refirió a lo sucedido y le brindó su apoyo a los manifestantes: "Era mucho mejor que se haya suspendido, era un riesgo. Era algo complicado estar haciendo una fiesta con una situación con gente que no lo estaba pasando bien".
"Sabemos que es una realidad que es difícil y claramente donde hay prensa tratan de hacer eso para informarlo, si es un momento importante en el año donde ellos se pueden (...) me imagino también que ellos necesitan informar esto para que las autoridades los escuchen", agregó la modelo, quien también afirmó no saber qué sucederá este domingo.
