El recital se caracterizó con una fuerte evocación a la naturaleza y lo ancestral.
Banda colombiana actuó en Santiago durante una hora y 45 minutos.
A 10 años de su debut en Chile, Aterciopelados retornó a los escenarios nacionales ante un concurrido Centro Cultural Amanda.
El local ubicado en Vitacura fue testigo de un concierto que se prolongó por una hora y 45 minutos, donde primó esencialmente canciones de disco "Río".
El show partió con una Andrea Echeverri y su llamado: "Aguanten mapuches" en alusión a la larga huelga que mantienen comuneros.
La presentación tuvo muchos pasajes especiales, entre ellos cómo no la dedicatoria de "Canción protesta" al "maestro" Gustavo Cerati, un tema que homenajea a los artistas que dedican una vida "a precipitar cambios" y "sintonizar conciencias".
Echeverri incluyó a "Violeta y Víctor", en el listado de los próceres del canto latiamericano aludidos en la composición.
La versión actual de la banda tiene mucho que ver con los pueblos originarios y ello se expresa tanto en sus letras como en la utilización de zampoña o charango en la puesta en escena, que contó con la presencia de un devoto público que coreó las canciones del grupo.
"La pipa de la paz", "Río, "No llores", "Ataque de risas", "Bandera" y la esperada "Bolero falaz" sonaron en la noche santiagüina.
Para el final y antes de lanzar obsequios al público, el grupo echó mano a canciones conmo "A eme o" y "Baracutana", en una jornada se impuso el tributo a la pachamama, la naturaleza, la búsqueda de la armonía entre los "ciudadanos del planeta" y sin importar el país de procedencia y la experiencia de la concepción de la vida.
