El protegido regreso de Ariana Grande a Chile
Unas 12 mil personas repletaron el Movistar Arena.
La cantante llegó con la misma gira que presentaba en Manchester cuando ocurrió el atentado.
Esta es la segunda visita de la artista al país.
Unas 12 mil personas repletaron el Movistar Arena.
La cantante llegó con la misma gira que presentaba en Manchester cuando ocurrió el atentado.
Esta es la segunda visita de la artista al país.
Podría haber sido un show más dentro de la colmada cartelera de conciertos que inunda los recintos capitalinos, pero no pasó desapercibido el regreso de Ariana Grande a Chile y no solo por su sold out, sino que por el refuerzo en las medidas de seguridad.
Filas en el ingreso debido a la delicada revisión del público y la prohibición de ingresar bolsos de gran tamaño se sumaron a las ya habituales medidas que se toman en los conciertos (como no ingresar botellas o aerosoles).
Al ingreso, además, mayor número de carabineros, guardias y un auto del Gope, probablemente el mismo que traía a los funcionarios que durante la tarde revisaron con perros antibombas el recinto del Parque O'Higgins.
Estas, todas medidas tomadas luego que en mayo pasado, tras un concierto de la cantante estadounidense, explotaran dos bombas en el Arena Mancheser dejaran un saldo de 22 muertos y decenas de heridos.
Estás disposiciones, claro, no empañaron el show, ni tampoco los gritos ensordecedores de los más de 12 mil fanáticos (o quizás un poco menos si descontamos a los papás que las acompañaban) que disfrutaron del retorno de su ídola.
Un símbolo de la paz
Un show de casi dos horas que se enmarcaba en su gira Dangerous Woman Tour que se rigió a lo que ya venía haciendo desde hace meses: un concierto dividido en cinco actos, con visuales y un extenso cuerpo de baile que acompaña a la artista.
Sus acotadas intervenciones fueron para agradecer al público y pedir que gritaran aún más fuerte de lo que ya lo hacían y que, a ratos, también era acompañado con las luces de los celulares siguiendo el ritmo de los temas más tranquilos de la artista.
Pero la parte más emotiva llegó cuando interpretó "Somewhere over the rainbow", balada escrita para "El mago de Oz", que se ha convertido en un símbolo de paz y que sumó al repertorio tras el atentado en Manchester, luego de hacer un show benéfico y que también salió al mercado como single, cuyas ganancias van directo a las familias de las víctimas. Todo adornado por el reconocido símbolo de las orejas que acompaña a la artista, pero esta vez sobre un lazo negro, en recuerdo de los fallecidos.
Los carabineros que se apostaban en distintos lugares del recinto se comenzaron a mezclar con las decenas de papás que al final del recital ya esperaban a sus hijos que salieran del recinto, celebrando haber visto a la artista de regreso en este escenario capitalino.