El propio Bruce Springsteen condenó la práctica de la empresa en EE.UU.
Legisladores pidieron que se investigue federalmente la situación.
La empresa Ticketmaster enfrenta duros cuestionamientos en Estados Unidos luego que un número indeterminado de seguidores de Bruce Springsteen terminaran comprando boletos a precios irrisoriamente altos en un portal dedicado a la reventa, que fue adquirido por la firma.
El pasado lunes salieron a la venta las entradas para la gira estadounidense de "el Jefe", pero el servicio de Ticketmaster estaba caído por -según rezaba un mensaje- mantenimiento de la plataforma.
Sin embargo, se redireccionaba la compra hasta TicketsNow.com, un portal dedicado a la reventa de boletos, obviamente, con precios muy superiores a los normales.
El problema es que TicketsNow.com fue comprado por Ticketmaster, por lo que los consumidores, el propio Springsteen e incluso legisladores se preguntan si el "mantenimiento" no era un simple engaño para generar más ingresos, porque de entradas de hasta 100 dólares (unos 63.000 pesos chilenos) se pasaba a ganar entre 200 y 1.000 dólares (hasta 630.000 pesos) por cada ticket.
"Condenamos esta práctica", resumió el artista en su portal, donde publicó no sólo una declaración sobre el tema, sino que agrega cartas del Fiscal General de Nueva Jersey y la disculpa del máximo ejecutivo de Ticketmaster, Irving Azoff.
Springsteen también aclaró que el uso de Ticketmaster para la venta de entradas no depende de él o su equipo, sino que es un acuerdo comercial entre los promotores, los locales donde se presenta y la misma firma.
Según la corresponsalía en Nueva York del diario español El Mundo, la polémica también da cuenta de la preocupación que existe entre los fanáticos por la rápida venta de las mejores ubicaciones de una amplia variedad de espectáculos.
El tema es "cómo, en cuestión de segundos, las entradas más cotizadas florecen a precios escandalosos en E-Bay y similares", resume.
Ahora, más allá de las disculpas de Azoff, la extraña "mantención" del sitio está en la mira de congresistas, que pidieron una indagación a la Comisión Federal de Comercio, algo que años atrás ya demandó Pearl Jam.
