A pesar de que con el acuerdo de Doha los talibanes se comprometieron a respetar los derechos humanos tras la retirada de tropas de EE.UU., el retorno al poder de los fundamentalistas el 15 de agosto de 2021, con la toma de Kabul, supuso el fin de los avances logrados por las mujeres en las pasadas dos decadas.
Desde vetar el acceso a la educación hasta la medida más reciente de ordenar el despido de aquellas que no lleven puesto el velo en sus trabajos, los talibanes han impuesto una serie de restricciones que atentan contra los derechos de las mujeres mientras la crisis humanitaria y económica de la población se agrava por la falta de apoyos de la comunidad internacional.
LAS MUJERES, EL BLANCO DE LOS TALIBANES
El ascenso de los talibanes vino acompañado del primer veto hacia las mujeres: la educación secundaria. Afganistán es, actualmente, el único país en el mundo que prohíbe la educación femenina. Además, se desarrollaron a las instituciones universitarias y superiores en diciembre pasado.
A esta medida se sumó la prohibición de rezar en las mezquitas, estudiar en instituciones privadas y realizar estudios religiosos en las mezquitas.
Las mujeres tampoco pueden trabajar en ONG, en salones de belleza, s alir a la calle con el rostro al descubierto sin un motivo, ni realizar trayectos largos sin el acompañamiento de un familiar masculino.
Detrás de estas y otras restricciones, como la de prohibir que las mujeres y niñas visiten parques de atracciones o practiquen deportes atléticos, se encuentra el Ministerio de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio, que sustituye el Ministerio de la Mujer instaurado por el gobierno depositado
"La prohibición de la educación, el trabajo y el movimiento público significa que estamos viviendo en prisión ", señaló a EFE Ghotay , una joven exuniversitaria de 22 años.
INSTITUCIONES POCO INCLUSIVAS Y SIN MUJERES
El gobierno fundamentalista no tiene representación de mujeres y además las despojó de las instituciones, excepto para algunas funciones, como en controles de pasaportes, aeropuertos y hospitales.
Las mujeres representaban el 37 -% del Parlamento afgano y entre el 28 y el 30% de puestos de funcionarios de gobierno antes de los talibanes tomasen Kabul, de acuerdo con varios informes oficiales.El país dejó de tener representación de mujeres en el parlamento y en puestos de funcionarios de gobierno.
LA POBREZA EN AFGANISTÁN
Las prohibiciones laborales afectaron a millas de familias encabezadas por mujeres que dependían de sus ingresos para sobrevivir en un país aislado por la pobreza.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) predijo en septiembre de 2021 que el 97% de la población afgana corría el riesgo de caer por debajo del umbral de pobreza a menos que se lanzase una respuesta urgente de organismos internacionales.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que en 2023 alrededor de 875.000 niños de Afganistán y 840.000 embarazadas y madres lactantes podrían sufrir desnutrición aguda severa.
A principios de este año, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) alertó de que 28,3 millones de personas, el equivalente a dos tercios de la población "necesitan asistencia humanitaria para sobrevivir" .
MENOS DERECHOS HUMANOS
A pesar de las advertencias de los diferentes organismos internacionales, los talibanes siguieron imponiendo medidas contra las mujeres, complicando en estos dos últimos años el envío de ayuda humanitaria para la reconstrucción de Afganistán.
El Gobierno de los fundamentalistas prohibió la música e instruyó a los hombres a dejarse la barba ya dejar de vestir con corbata, un atuendo que, a su juicio, simboliza la cruz de la religión cristiana.
Mientras, se obligó a las trabajadoras de los medios de comunicación a cubrirse la cara ya prohibir que las mujeres trabajaran en películas o series.
"Saldremos en diferentes países en diferentes partes del mundo para conmemorar el 15 de agosto como el Día Negro, y el acuerdo de Doha como contratos negros entre EE.UU. y los talibanes, por violar a los afganos, especialmente los derechos de las mujeres en Afganistán", sentenció la activista pro derechos Mina Rafiq.