"La política de MSF es no aceptar fondos de ningún Gobierno en sus misiones en Afganistán", argumentó la organización.
El ataque al hospital, único especializado en traumatología en la región, causó la muerte de 22 personas.
Médicos Sin Fronteras (MSF) informó que rechazará cualquier tipo de fondo de ayuda por parte del gobierno estadounidense destinado a reconstruir el hospital bombardeado en la ciudad de Kunduz (norte de Afganistán).
El centro médico (único especializado en traumatología en la región) quedó parcialmente destruido, cobrando la vida de 22 personas (12 de ellas, miembros de la ONG).
En relación a ello, la organización manifestó mediante comunicado de prensa que "desde hace tiempo la política de MSF es no aceptar fondos de ningún Gobierno en sus misiones en Afganistán y otros conflictos. Esta política nos permite trabajar de manera independiente sin tomar partido por ninguna de las partes".
Desde EEUU se señaló que disponen de "la autoridad de hacer pagos (...) destinados a la reparación del hospital", y se manifestó la intención de realizar pagos de condolencias a los civiles no combatientes heridos y a las familias de civiles no combatientes fallecidos.
En relación a ello, la ONG puntualizó no haber recibido "ningún detalle de las compensaciones anunciadas por el Pentágono", agregando que estas ayudas no evitarán las investigaciones ni el reclamo de responsabilidades por el ataque.
