El Gobierno de los talibanes informó este domingo del arresto de un miembro del grupo yihadista Estado Islámico (EI), presunto organizador de varios ataques terroristas, entre ellos el que mató hace un mes a un gobernador y destacado líder fundamentalista.
La Dirección General de Inteligencia del Gobierno de los talibanes publicó hoy en Twitter un video en el que aparece el supuesto yihadista detenido confesando la organización de varios de los ataques, entre ellos el ataque suicida al gobernador de Balkh, Mohammad Dawood Muzammil, durante un acto de gobierno.
Muzammil, que anteriormente fue gobernador de la provincia oriental de Nangarhar, es el funcionario talibán de mayor rango muerto en un atentado desde el regreso de los talibanes al poder, en agosto de 2021.
Muzammil era una de las personas más cercanas al líder supremo talibán, el mulá Hibatullah Akhundzada, y había sido designado hace nueve meses como gobernador de Balkh, tras haber ejercido como viceministro del Interior.
El detenido no solamente está detrás de la muerte de Muzamil, sino que además organizó ataques a un centro cultural en Balkh, a una mezquita chiíta, a un vehículo de civiles, y a un seminario en la provincia de Samangan el año pasado, que dejaron en total decenas de muertos, indicó la Dirección General de Inteligencia afgana.
Desempeñó además un papel activo en la vigilancia del grupo EI en la norteña provincia afgana.
El video publicado en el Twitter muestra a una persona que se presenta y asegura que hace dos años y medio fue invitado por el Estado Islámico a Irán y después volvió a Afganistán para cometer una lista de ataques.
TALIBANES A LA CAZA DEL ESTADO ISLÁMICO
Desde el regreso de los talibanes al poder en Afganistán hace un año y medio, decenas de presuntos miembros del EI han muerto en operativos gubernamentales, en un intento por materializar las garantías de seguridad de las que presumieron antes de llegar al Gobierno.
La formación yihadista ha reclamado la autoría de la mayoría de los atentados en los últimos meses.
Los talibanes mantienen una fuerte rivalidad con la formación terrorista, que emergió como una de las principales amenazas para la seguridad en Afganistán tras el ascenso al poder de los talibanes en agosto de 2021.
