Abdi Jaylani Malaq, era más conocido como Marshaale y trabajaba en la televisión.
Nadie ha reivindicado el crimen, pero se sospecha de la milicia radical islámica Al Shabab.
Un popular cómico y actor radiofónico somalí que trabajaba para Universal TV, una televisión de Somalia con sede en Londres, murió al ser baleado en Mogadiscio, informaron los medios de ese país del Cuerno de África.
Abdi Jaylani Malaq, más conocido como Marshaale, fue atacado este martes por la tarde por pistoleros enmascarados cuando se dirigía a su casa en el barrio capitalino de Waberi, precisó la red de medios somalí Shabelle.
Marshaale, que trabajaba también para radios locales y era uno de los comediantes que más hacía reír a los ciudadanos de la maltrecha capital somalí, fue herido de gravedad en el ataque y trasladado a un hospital, donde los médicos certificaron más tarde su muerte.
Los asesinos, cuya identidad no se conoce de momento, lograron huir de la escena del crimen antes de la llegada de las fuerzas de seguridad.
"Es muy triste. Es horrible que unos pistoleros lo hayan matado, sobre todo en el Ramadán. Es un mes de oración y él estaba ayunando. Era un hombre patriótico que amaba a su país. Era también muy divertido", comentó el amigo de la víctima Abdala Talaash, citado por la web Somalia Report.
Aunque se ignora el móvil del crimen y nadie se lo ha atribuido, hasta la fecha, los periodistas y otros profesionales vinculados a los medios de comunicación han estado anteriormente en el punto de mira de la milicia radical islámica Al Shabab.
"Él entretenía a la gente y era muy querido por la gente. Nunca pensé que atentarían contra él", dijo Ali Baashi, un periodista de radio local.
Al Shabab, que controla zonas del centro y sur de Somalia, combate al internacionalmente respaldado Gobierno Federal de Transición somalí, a las fuerzas multinacionales de la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) y al Ejército etíope con el fin de instaurar un Estado musulmán de corte wahabí en el país.
Somalia vive en un estado de guerra civil y caos permanente desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó al país sin gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas, señores de la guerra tribales y bandas de delincuentes.
