Los combates entre el Ejército de Sudán y el poderoso grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) recrudecieron en Jartum y otras áreas del país, sin indicios de una nueva tregua, pese al llamamiento lanzado por los mediadores, Estados Unidos y Arabia Saudí, para prorrogar la pausa humanitaria que venció hace tres días.
Según señalaron hoy a EFE residentes en Jartum, aviones de combate sobrevolaron esta mañana varios distritos del norte y el centro de la capital, donde se han escuchado sonidos de fuertes explosiones, probablemente causadas por bombardeos aéreos, así como de tiroteos con armas pesadas.
Enfrentamientos similares se produjeron en las áreas de Al Gaba, Zona Industrial y Al Hula al Yadida, en oeste de Jartum, mientras que el sur de la vecina ciudad de Um Durman fue escenario de "explosiones sucesivas", añadieron.
El Ejército y los paramilitares no han informado de víctimas de los nuevos combates, si bien publican en sus cuentas videos en los que alaban supuestas victorias de sus combatientes o su control de posiciones del otro.
Ninguna de las dos partes, enfrentadas desde el 15 de abril, ha reaccionado al llamamiento hecho el domingo por EE.UU y Arabia Saudí, que patrocinaron dos treguas en Sudán, para que retomen las negociaciones en la ciudad saudí de Yeda para acordar un nuevo alto el fuego breve con fines humanitarios.
La última pausa -de cinco días-, la novena desde el inicio de los combates, venció el sábado pasado en medio de acusaciones mutuas del Ejército y las FAR de infringirla.
PROTESTA DEL GOBIERNO CONGOLEÑO
Por otro lado, una fuente del Ministerio de Exteriores sudanés confirmó a EFE que el gobierno congoleño convocó al encargado de negocios de Sudán en Kinsasa para protestar por la muerte -el domingo- de diez refugiados de ese país en un bombardeo aéreo en el sureste de Jartum.
"La cancillería congoleña exigió aclaraciones sobre el incidente y la entrega de los cuerpos de los muertos, y sus familias", dijo la fuente, que pidió no ser identificada.
El jefe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi, expresó hoy, por su parte, su conmoción por la muerte de "al menos diez refugiados congoleños", y afirmó que "ACNUR está tratando de llegar a los sobrevivientes y prestarles apoyo".
El conflicto en Sudán ha dejado al menos 850 muertos y más de 5.500 heridos, y ha provocado el desplazamiento interno y externo de más de 1,3 millones de personas, según Naciones Unidas.