La canciller alemana adelantó sus lineamientos al recibir "con los brazos abiertos" al próximo mandatario francés.
También manifestó preocupación por el camino que tomará Grecia luego de las elecciones celebradas ayer.
La canciller alemana, Angela Merkel, afirmó este lunes que aguarda al presidente electo francés, François Hollande, "con los brazos abiertos", asegurando que trabajará "intensamente" con él con el fin de "lograr a la vez una consolidación presupuestaria y un crecimiento sólido", ya que "lo uno no va sin lo otro".
Sin
embargo, la canciller manifestó que el pacto fiscal no es renegociable, como no lo es ningún otro tratado europeo tras unas elecciones en un país, "porque de ser así no se podría trabajar en la UE", afirmó al día siguiente de la victoria del socialista francés sobre el gran aliado de Merkel en los últimos años, Nicolás Sarkozy.
Merkel se defendió señalando que esta idea está desde hace tiempo "incorporada a las discusiones" en el seno de la UE, lo mismo que un pacto para impulsar la creación de empleo.
La canciller reconoció tener "una relación tan especial de amistad" con los franceses, y por esta razón llamó la noche del domingo a Hollande para felicitarle.
La situación de Grecia parece preocuparle más a la canciller alemana, país del cual dijo "no estar exento de complejidad", luego de los resultados electorales de ayer en el Estado heleno.
"Vamos a ver cuál es la constelación del gobierno resultante", cuya formación compete exclusivamente "a los griegos", aseguró.
