La canciller alemana, Angela Merkel, no logró consensuar a sus socios de coalición para afrontar la acogida de refugiados, en medio de la alarma generada por las oleadas migratorias hacia Alemania y los incesantes ataques a centros de asilados.
Las cinco horas de reunión por separado con los tres compañeros de coalición -Unión Cristianodemócrata (CDU), Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) y Partido Socialdemócrata (SPD)-, más con sus respectivos líderes -Merkel, Horst Seehofer y Sigmar Gabriel- no bastaron para presentar un acuerdo.
La reunión entre los presidentes de las fuerzas gubernamentales fue "constructiva", hay "coincidencia" en algunos contenidos, pero se mantienen "puntos abiertos" en otros, como las llamadas zonas de tránsito, indicaba en un breve comunicado el portavoz del gobierno, Steffen Seibert, al término de la reunión.
El establecimiento de zonas de tránsito en la frontera se ha convertido en el caballo de batalla del líder de la Unión Socialcristiana de Baviera, Horst Seehofer, que pretende así ordenar al menos el flujo de entre 7.000 y 10.000 peticionarios que a diario entran a través de Austria.
Ahí quedarían esas personas mientras se evalúan sus solicitudes de asilo, y de ahí serían expulsadas, en caso de ser rechazada su petición, según los planes de la CSU.
Debate por propuestas
Gabriel rechaza este planteamiento, una especie de línea roja para su SPD, ya que a su parecer implicaría crear enormes cárceles, donde quedarían recluidas, tal vez por meses, personas que acuden a Alemania en busca de asilo.
Serían centros de internamiento con dimensiones de estadio de fútbol, alerta el líder socialdemócrata, quien propone como alternativa distribuir centros de registro por todo el país.
Ahí se coordinaría de manera más efectiva la evaluación de las peticiones de asilo y se procedería, llegado el caso, a la expulsión ordenada de quienes vean rechazada su petición.
A la implantación de zonas de tránsito añade la CSU la exigencia de restringir el reagrupamiento familiar para evitar nuevas oleadas de peticionarios, cuestión que el SPD ve impracticable, ya que contraviene las leyes vigentes y está destinado a "morir" ante el Tribunal Constitucional.
Sin revolver estos disensos se separaron los tres líderes, pero las conversaciones serán retomadas el jueves, afirmó Seibert, antes de la cita convocada entre Merkel y representantes de poderes locales.
A este panorama se suma el goteo de informaciones sobre nuevos ataques contra centros de asilados en distintas partes del país, el que se sitúa en los 600 en lo que va de año.