Funcionarios de Bomberos de Honduras acusaron que los gendarmes de la cárcel de Comayagua retrasaron su acción en el combate del fuego, pese a que ellos llegaron con prontitud al recinto en el que en las horas siguientes se declararía la muerte de más de 350 reclusos.
"Llegamos 10 minutos después de que comenzó el incendio en la cárcel, pero no entramos de inmediato porque los guardias lo impidieron", dijo el jefe bomberil de Comayagua, Leonel Silva, que acusó que esto se tradujo en una demora de alrededor de 30 minutos al recinto penitenciario.
El director de Centros Penales de ese país, Danilo Orellana, confirmó que "los guardias creyeron en un principio que se trataba de una fuga masiva de reos, por eso cumplieron la ley y no permitieron el ingreso de nadie a la cárcel para evitar muertes innecesarias".
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Peritos chilenos viajaron al país centroamericano para ayudar a la identificación de los más de 350 muertos. (Foto: EFE) |
La mayoría de los presos fallecidos "murieron calcinados o asfixiados por los gases provocados por las llamas en el interior de sus celdas, que estaban aseguradas con candados", acotó Josué García, vocero de los bomberos de Comayagua, que se ubica 140 kilómetros al norte de Tegucigalpa.
Ante estas versiones, las autoridades hondureñas aseguraron que investigarán para determinar si "hubo negligencia de abrir los portones. Se debe hacer una investigación exhaustiva", dijo el presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras, Andrés Pavón.
El portavoz de la Policía Héctor Iván Mejía, negó, en todo caso, la presunta demora, y aseguró que los custodios dieron la alerta apenas iniciado el fuego: "Quince minutos después, los bomberos estaban en el lugar. El ingreso fue casi de inmediato, no es cierto que hubo demora".
Distintos relatos contradicen esta versión e indican que los guardias no atendieron a las llamadas de auxilio de los reclusos. Incluso hay testimonios que hablan de disparos al aire de los guardias cuando algunos reos pudieron salir de sus celdas.