Un policía hondureño que el pasado viernes se oponía a la incautación de su casa en Tegucigalpa amenazando incluso a autoridades, fue detenido e ingresado este sábado en la Penitenciaría Nacional.
El comisario Juan Francisco Sosa, quien el 30 de junio había sido suspendido de la Policía Nacional y el viernes una Comisión Especial que en abril inició una depuración en la institución pidió su destitución, fue acusado de "desobediencia" y "amenazas" contra las autoridades que el viernes llegaron a su casa, con orden judicial.
Hasta entonces contra Sosa, quien tres horas después de haber permanecido atrincherado en su casa se entregó, no había ningún requerimiento judicial, pero fue remitido a un tribunal bajo fuertes medidas de seguridad y un juez resolvió enviarlo a prisión.
El oficial alegaba el viernes que su casa la obtuvo a través de un préstamo con el Instituto de Jubilaciones y Pensiones de los Empleados Públicos, y que solamente saldría si alguien le llevaba pruebas de que la había adquirido de manera ilegal.
Sosa le dijo al personal de la Fiscalía, Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico y Policía Militar, que estaba "indignado" y "envenenado", que "solo muerto" lo sacarían de su casa, además de advertirles de que no ingresaran porque estaba "armado".
La Comisión Especial para el Proceso de Depuración y Transformación de la Policía Nacional indicó el viernes que Sosa, "en desafiante desobediencia a una orden judicial" profirió "amenazas en contra de autoridades competentes" y "evidenció una conducta impropia para un miembro de la Policía Nacional".
Además de amenazar a la Comisión Especial que trabaja en la depuración de la Policía Nacional, cometió "una falta grave de acuerdo al régimen disciplinario vigente en la institución", señaló el mismo organismo en un comunicado.