"Esta postura agrava todavía más la crisis", indicaron desde el organismo internacional.
Además, afirman que esta actitud evidencia los crímenes cometidos durante el gobierno de Ortega.
Las protestas ha dejado 322 muertos, miles de heridos y decenas de detenidos.
Amnistía Internacional señaló que el gobierno de Nicaragua apuesta a una estrategia de aislamiento para evitar el escrutinio internacional y continuar la represión contra personas que ejercen la libertad de expresión.
"Esta postura agrava todavía más la crisis, que ha dejado hasta ahora no menos de 322 personas muertas, miles de heridos, decenas de personas detenidas arbitrariamente y miles que han abandonado su país en busca de protección", dijo Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
Guevara expuso que la decisión del gobierno de expulsar a la misión del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, un día después de la presentación de su informe "Violaciones de Derechos Humanos y Abusos en el Contexto de las Protestas en Nicaragua".
"Con esta decisión el presidente Ortega deja en evidencia los crímenes cometidos y su desdén por las obligaciones internacionales de su gobierno", expresó Guevara.
Explicó que la misión de la ONU para los Derechos Humanos en el país constató "crímenes de derecho internacional y graves violaciones a los derechos humanos" y que fue una acción para "generar un contexto de temor en la población para silenciar las voces".
A través del informe, la Oficina del Alto Comisionado ofreció al gobierno "una ruta de soluciones que deberían ser implementadas inmediatamente, además de las ofrecidas por diferentes organismos y organizaciones de derechos humanos."
La organización expuso que ese tipo de acciones "no van a impedir que las organizaciones de derechos humanos continuemos exponiendo y denunciando sus tácticas represivas hasta obtener justicia, verdad y reparación para las víctimas".
