El gobierno de Nicaragua que preside el sandinista Daniel Ortega exhortó este sábado a la comunidad internacional a suspender toda sanción contra el Estado nicaragüense en el marco de la crisis sociopolítica que estalló en abril pasado y que ha dejado cientos de muertos, de detenidos y miles en el exilio.
En un comunicado, en el que dio a conocer cinco puntos de la agenda para ser discutidos en la mesa de negociación que mantiene con una alianza opositora, el Ejecutivo hizo "un llamado a la comunidad internacional a suspender toda sanción en contra del pueblo nicaragüense, para facilitar el derecho al desarrollo humano, económico y social de Nicaragua, favoreciendo a los sectores más vulnerables de la población".
El gobierno sandinista hizo ese llamado un día después de que la Conferencia Episcopal de Nicaragua declinará participar como testigo y acompañante en la mesa de negociaciones, con la que buscan superar la crisis que estalló en abril pasado.
También luego de que su contraparte en el diálogo, la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, anunciara que reconsiderará su participación en ese foro tras la decisión del Episcopado de no participar en ese proceso y exigieran al Ejecutivo que diera "señales de voluntad política" para continuar con las negociaciones.
Sobre Nicaragua penden más sanciones de EE.UU. con la Ley Magnitsky Nica, y la amenaza de la Unión Europea de otras medidas similares contra Ortega y sus allegados.
Además, el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) ha comenzado a aplicar la Carta Democrática Interamericana a Nicaragua, lo que podría culminar con su suspensión del organismo continental.
En su comunicado, el Gobierno explicó que presenta cinco puntos de agenda porque están "comprometidos con el fortalecimiento de la democracia y el respeto al orden constitucional de Nicaragua, y tomando en cuenta que las elecciones presidenciales y legislativas están establecidas para el 2021", con lo que descarta adelantar las elecciones, que es una de las demandas de diversos sectores.
Nicaragua sufre una grave crisis que ha dejado 325 muertos desde abril, de acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque algunos grupos locales humanitarios elevan a 561 las víctimas mortales, mientras que el Ejecutivo solo reconoce 199 y denuncia un intento de golpe de Estado.