Los policías del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo han perseguido de cerca a los fieles que salen a las calles para conmemorar con actos la Semana Santa, tras una orden presidencial emitida el lunes para prohibir a los católicos realizar procesiones y tradiciones por la festividad.
Las imágenes -divulgadas en redes sociales- tuvieron lugar el lunes en las calles de Nindirí, una pequeña ciudad de Masaya, informó El País. Según se puede ver en los registros, un grupo de personas corrió para escapar de los efectivos policiales.
En otras ciudades, la policía igualmente ha ejercido asedio tras la prohibición de los viacrucis de cuaresma por "razones de seguridad". Pero igualmente se pueden realizar al interior de los templos.
El presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), monseñor Carlos Enrique Herrera, confirmó que, al igual que en Cuaresma, la Policía ha señalado que las procesiones solo pueden salir en el entorno de los templos. "Es decir, podemos utilizar las calles que están cerca del templo, es lo único que nos han dicho".
En tanto, se han contabilizado más de 30 procesiones suspendidas en lo que va del 2023, en el contexto de persecución religiosa.
Fue a mediados de marzo cuando Ortega y Murillo suspendieron unilateralmente las relaciones diplomáticas con la Santa Sede, luego de que el papa Francisco calificara como una "dictadura grosera" al régimen.
Solo este año, el Gobierno expulsó del país al nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag; canceló organismos y medios de comunicación de la Iglesia; y asedió los templos católicos. Además, 21 religiosos han sido desterrados, encarcelados, exiliados y declarados "traidores a la patria".
SACERDOTE PANAMEÑO EXPULSADO
Otro hitó que marcó el inicio de Semana Santa en Nicaragüa fue la expulsión del sacerdote panameño Donaciano Alarcón, que estaba encargado de la Iglesia María Auxiliadora de San José de Cusmapa, en el departamento de Madriz.
Según informaron fuentes religiosas a El País, el religioso fue detenido tras participar de una misa Crismal que celebró la Diócesis de Estelí, siendo sacado del país por el puesto fronterizo El Espino, donde las autoridades migratorias lo dejaron en territorio hondureño descalzo y a su suerte.
El medio de comunicación de la Arquidiócesis de Panamá, Panorama Católico, confirmó en sus redes sociales la expulsión del sacerdote, y atribuyó los motivos a que el religioso sacó la procesión de Semana Santa frente a su parroquia.
"El sacerdote se encuentra en una ciudad vecina, San Marcos de Colón. Seguimos orando por la Iglesia hermana de Nicaragua, que, a pesar de todo, sigue con una fe inquebrantable", señaló la revista.
Para aminorar las críticas, el Gobierno ha promovido en diversas ciudades actividades religiosas que no cuentan con la venia católica y que son catalogadas como "una usurpación".