La Unión Europea (UE) considera que la reelección de Daniel Ortega como presidente de Nicaragua, con el 74,99 por ciento de los votos, carece de "legitimidad" al celebrarse los comicios generales de este domingo "sin garantías democráticas" y completan la conversión del país en un "régimen autocrático".
El alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, leyó una declaración en nombre de los Veintisiete en la que hace un llamado a Ortega para que libere de forma "inmediata e incondicional" a todos los presos políticos y anule los procedimientos judiciales en su contra, "devuelva la soberanía de Nicaragua al pueblo nicaragüense", y no descartó adoptar restricciones que "puedan ir más allá" de las individuales.
El ex guerrillero sandinista, que el jueves cumple 76 años y está en el poder desde 2007, buscaba su quinto mandato presidencial de cinco años y cuarto consecutivo, entre cuestionamientos a su legitimidad por la detención de siete aspirantes presidenciales de la oposición que se perfilaban como sus principales contendientes y por la eliminación de tres partidos políticos.
La integridad del proceso electoral fue "aplastada" por "el encarcelamiento sistemático, el hostigamiento y la intimidación de precandidatos presidenciales, líderes de oposición, líderes estudiantiles y rurales, periodistas, defensores de derechos humanos y representantes empresariales", denunció Borrell.
Para los Veintisiete, el Gobierno de Nicaragua no solo ha privado al pueblo de Nicaragua del derecho civil y político al voto en unas elecciones "creíbles, inclusivas, justas y transparentes", sino que también ha incumplido sus propios compromisos en materia de derechos humanos y libertades fundamentales en virtud de la Constitución de Nicaragua, la Carta Democrática Interamericana y pactos internacionales de los que el país es parte.
El jefe de la diplomacia europea recordó que, tras las protestas sociales que estallaron en la primavera de 2018, el Gobierno de Nicaragua desató "la violencia contra su propio pueblo, dejando a su paso muerte, desaparición forzada, encarcelamiento, maltrato y exilio masivo y convirtiendo al país en una república del miedo".
"Las elecciones del 7 de noviembre completan la conversión de Nicaragua en un régimen autocrático", afirmó Borrell, en nombre de los 27.
"Las autoridades nicaragüenses deben poner fin a la represión y restablecer el pleno respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos civiles y políticos", insistió el ex ministro español.
Y, por último, reclamó que se autorice a "regresar" a Nicaragua los organismos internacionales de derechos humanos como la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
MOSCÚ APOYA A ORTEGA
En tanto, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, sostuvo que las elecciones generales en Nicaragua de este domingo se celebraron de forma "organizada" y cumplieron con la legislación local.
"Enviamos a observadores (...) y, de acuerdo con su testimonio, los comicios se celebraron de forma organizada y con el cumplimiento de la legislación nicaragüense, la reglas epidémicas impuestas por el covid-19 y una significativa participación ciudadana", dijo Lavrov en una rueda de prensa conjunta con su homólogo de Venezuela, Félix Plasencia.
Lavrov agregó que las elecciones se celebraron en medio de "presiones sin precedentes" sobre las autoridades de Nicaragua y que EEUU comenzó una campaña para evitar el reconocimiento de sus resultados.
"Sólo el pueblo de Nicaragua tiene derecho a decidir sobre la legitimidad de los procesos electorales en su país", dijo Lavrov, quien agregó que las presiones sobre Nicaragua "no comenzaron ahora", sino que se remontan a 2018.
"Y, lamentablemente, los intentos de derrocar al Gobierno continúan y no se maquillan", aseveró.
En los comicios generales de este domingo, marcados por la ausencia de la oposición, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, fue reelegido con el 74,99 por ciento de los votos con casi el 50 por ciento de las juntas receptoras de votos escrutadas, con lo que podrá permanecer en el cargo hasta enero de 2027 y cumplir 20 años seguidos en el poder, un caso inédito en la reciente historia de Nicaragua y Centroamérica.
Las cifras oficiales fijaron en el 65,34 por ciento la participación en la jornada, lo que contrasta con cálculos independientes, que situaron la abstención en algo más del 80 por ciento.