Diego Lagomarsino, el informático que trabajaba con el fiscal, es el único imputado en el caso.
Lagomarsino es el dueño del arma de la que salió el disparo con el que murió el fiscal.
Según los peritajes, el fiscal pudo haber muerto un día antes de cuando fue encontrado.
Una jueza de Argentina ordenó este lunes allanar la casa de Diego Lagomarsino, el informático que trabajaba con el fiscal Alberto Nisman y que es dueño del arma de la que salió el disparo que acabó con la vida del procurador.
El allanamiento fue ordenado por la jueza Fabiana Palmaghini y fue realizado por personal de la Policía Metropolitana de la capital argentina en la casa que Lagomarsino tiene en la localidad de Martínez, en la periferia norte de Buenos Aires, según informaron fuentes del caso citadas por medios locales.
El arma de la que salió el disparo que acabó con la vida de Nisman le fue entregada al fiscal por Lagomarsino, según reconoció el propio técnico informático, que prestaba servicios para la Fiscalía a cargo de la causa AMIA.
Lagomarsino, único imputado en el caso, acudió al apartamento de Nisman el sábado 17 de enero.
Según un informe de los peritos de la querella, dado a conocer la semana pasada y que asegura que la muerte constituyo un homicidio y no un accidente o un suicidio, Nisman podría haber muerto el sábado 17 y no el domingo 18, cuando fue hallado su cuerpo.
Pero la defensa de Lagomarsino asegura que el fiscal estaba vivo en la mañana del domingo 18 pues, afirma, utilizó su ordenador.
El abogado de Lagomarsino, Maximiliano Rusconi, solicitó en la mañana de hoy reanudar el peritaje de la computadora y de los teléfonos móviles de Nisman que fue interrumpido a pedido de la querella.
En declaraciones a medios locales, Rusconi citó los resultados preliminares de las pericias para asegurar que en la mañana del domingo 18 de enero hubo una "conexión local" desde la computadora de Nisman, algo que contradice el horario de muerte estimado por los peritos de Sandra Arroyo Salgado, ex esposa del fiscal y querellante en la causa.
