La denuncia de Cristina Fernández contra su sucesor, Mauricio Macri, a quien acusó de "maltratarla", ha crispado el clima político en Argentina y ha alimentado las dudas sobre el papel de la presidenta saliente en la ceremonia de traspaso de poderes, el próximo jueves.
La insólita puja por el sitio en donde Fernández debe entregarle a Macri los atributos presidenciales ha llegado a tal extremo que incluso el notario de la Nación tuvo que salir a aclarar en qué momento termina el mandato de la jefa de Estado saliente y comienza el del gobernante electo.
Fernández pretende darle a su sucesor el bastón de mando y la banda presidencial en el Parlamento, una vez que Macri preste juramento, y alega que así lo establece la Constitución.
Pero Macri quiere que Fernández le entregue los atributos en la Casa Rosada, sede del Ejecutivo, argumentando que así lo prevé el protocolo de Ceremonial de la Presidencia.
En ese contexto y a tres días del cambio de gobierno, hay dos programas para la ceremonia de traspaso de mando, uno elaborado por la administración saliente y otro por el frente Cambiemos que lidera Macri.
Macri llamó el sábado a Fernández para comunicarle su decisión de que el traspaso de atributos se haga en la Casa Rosada. Horas después dijo en un programa de televisión que en la conversación Fernández se mantuvo en su posición.
"Hay que reconocerle que cuando se le mete una idea en la cabeza es difícil que la cambie", afirmó Macri, quien señaló que si Fernández no le entrega los atributos en la Casa Rosada, lo hará el titular de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti.
Fernández: "Macri me gritó"
Pero el domingo la pelea escaló cuando la mandataria saliente acusó a Macri de haberla maltratado en la conversación telefónica en la que, según ella, le exigió "a los gritos" entregarle el bastón y la banda en la Casa Rosada porque era "su ceremonia" y no la de ella.
"Debo confesar que me sorprendió la exaltada -eufemismo de gritos- verborragia del presidente electo", dijo Fernández a través de su cuenta oficial en Twitter.
Cristina acusó a Mauricio Macri de maltratarla a través de una conversación telefónica. (Foto: EFE)
El tono de Macri era tal, según Fernández, que, relató, "en un momento tuve que recordarle que más allá de nuestras investiduras, él era un hombre y yo una mujer y que no me merecía que me tratara de esa forma".
Fernández dejo abierta la posibilidad de que, si no le entrega los atributos al mediodía en el Parlamento, no lo haga más tarde en la Casa Rosada ya que a primera hora de la tarde pretende volar a la sureña provincia de Santa Cruz.
Allí asumirá por la noche como gobernadora su cuñada, Alicia Kirchner, en una ceremonia a la que el gobernador saliente se niega a asistir.
La encargada de responder a las acusaciones de Fernández fue la vicepresidenta electa, Gabriela Michetti, quien a través de su cuenta en Twitter dijo este domingo que es "triste" que la jefa de Estado saliente "falte a la verdad".
"Mauricio Macri no es un hombre que falte el respeto a nadie. Es una persona muy educada a quien nunca hemos escuchado subiendo su tono de voz", aseguró Michetti.
En tanto, luego de que surgieran versiones sobre que Macri iniciaba su mandato a las cero horas del jueves, el notario general de la Nación, Natalio Etchegaray, emitió un dictamen sobre este asunto, a solicitud del secretario general de la presidencia, Eduardo de Pedro.
En su dictamen, Etchegaray indicó que Fernández tiene mandato hasta la medianoche del jueves, aunque este quedará finalizado al momento en que Macri preste juramento en el Parlamento, sea la hora que sea.
"El presidente electo asume su cargo al prestar juramento ante el Congreso reunido en asamblea, siendo en consecuencia esa hora la exacta del comienzo de su gestión y el cese del ejercicio de la presidenta saliente", dice el dictamen.