Argentina acumuló en los primeros tres meses del año una inflación del 11,8 por ciento, empujada por la devaluación del peso iniciada en 2018, y se mantiene como el principal caballo de batalla del Gobierno, en plena recesión económica y a solo seis meses de las elecciones presidenciales.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó este martes del índice de precios al consumidor del pasado marzo, que volvió a acelerarse al registrar un avance del 4,7 por ciento respecto de febrero y llegar al 54,7 por ciento en términos interanuales.
El transporte y los alimentos fueron, con el 67,5 por ciento y el 64 por ciento de subidas, respectivamente, los sectores más perjudicados en comparación con marzo de 2018, un periodo en el que gran importancia han tenido también los aumentos en las tarifas de los servicios públicos como la electricidad, el agua y el gas que el Ejecutivo de Mauricio Macri viene impulsando desde 2016.
En 2018, la inflación acumulada fue del 47,6 por ciento, la cifra más alta desde 1991, sensiblemente superior de la registrada en 2017 (24,8 %).
Al tiempo que se conocían los datos de la inflación, el Senado acogía una sesión especial para tratar diversos proyectos, en la que la oposición se mostró muy crítica con la política económica del oficialismo.
La legisladora Anabel Fernández Sagasti, de la oposición kirchnerista, aseguró que el Gobierno aplica un "ajuste fenomenal" habiendo ya "destruido el salario de todos los argentinos" y haciendo una "transferencia" como "nunca se ha visto a los sectores económicos privilegiados".
"Las argentinas y los argentinos tienen hambre. Estamos discutiendo cómo acceder a la comida. Un litro de leche está entre 50 y 70 pesos (1,18 dólares a 1,65). Cayó el consumo de leche y de carne. Que Mauricio Macri deje de (...) degradar al pueblo argentino y sus instituciones y fundamentalmente que cambie el rumbo de sus horrorosas políticas", expresó por su parte la también peronista María de los Ángeles Sacnun.
Sobre las polémicas subidas en las facturas de los servicios públicos, que el macrismo -muy crítico con la política energética del kirchnerismo- impulsó para normalizar el sector, la senadora Inés Blas pidió que se debata declarar la "emergencia tarifaria" en el servicio público de electricidad en todo el país.
Adelantándose a la publicación de los datos oficiales, el presidente argentino, Mauricio Macri, dijo este lunes que en marzo se registró un "pico" de inflación, pero auguró que a partir de este mes el país irá "avanzando paso a paso" hasta erradicarla.
También reiteró la necesidad de que Argentina tenga unos presupuestos generales "equilibrados" que permitan "dejar de vivir de prestado", ya que el Gobierno cree que el déficit fiscal que Argentina arrastra desde hace décadas es el culpable de los desequilibrios económicos y la falta de confianza inversora.
Desde hace un año, el peso se ha devaluado más del 50 por ciento, y por el impacto que esto ha tenido en productos que se consideran dolarizados, como la energía, ha influido en la aceleración de la inflación, que hasta el inicio de la crisis ya venía siendo uno de los mayores problemas del Gobierno de Macri.
En declaraciones a EFE, el economista Ricardo Progano reconoció que el primer trimestre cierra "muy mal", con una alta cifra, pero auguró que a partir de ahora "se estaría esperando un descenso muy paulatino del índice mensual" por factores que influirían en una desaceleración de las subidas de precios.