La Casa de la Moneda Argentina (CMA), sociedad estatal encargada de imprimir papel moneda y otros documentos públicos, importará billetes desde París y Malta, que usan proveedores subcontratados en España y China, y desde Brasil, según confirmaron voceros de la empresa a EFE.
La empresa, que depende del Ministerio de Economía argentino, importará billetes de 1.000 pesos argentinos, actualmente los de mayor denominación, debido a que su planta de impresión no puede cubrir la demanda de la sociedad a causa de una inflación del 104,3% anual.
La CMA abrió para el 2 de mayo próximo una licitación de hasta ocho vuelos desde Malta, seis envíos de la capital francesa y otra que llegará de Río de Janeiro el 3 de mayo siguiente por traslado marítimo.
De acuerdo con las fuentes, la CMA tiene un contrato de impresión con la Casa de la Moneda de Brasil, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de España y con China Banknote Printing and Minting Corporation.
Las licitaciones de transporte desde Francia y Malta se debe a que sus proveedores habituales subcontrataron los servicios de empresas en esas sedes y Argentina tiene que retirar la producción desde esas firmas externalizadas.
La Casa de la Moneda tiene expresamente prohibido revelar valores y volúmenes productivos por cuestiones de confidencialidad, pero se sabe que debe recurrir a la importación de billetes debido a la falta de papel moneda.
"Las dos licitaciones publicadas por Casa de Moneda para transportar billetes desde Europa responden al cumplimiento de los compromisos y obligaciones que tiene esta entidad con el Banco Central", indicaron.
Parte del problema es que el billete de mayor denominación, emitido en noviembre de 2017 cuando gobernaba Mauricio Macri (2015-2019), equivalía en ese momento a poco más de 57 dólares (45 mil pesos chilenos), pero actualmente solo representa 4,47 dólares (cerca de 4.000 pesos chilenos) al cambio oficial y 2,36 en el paralelo en el mercado negro.
En Argentina se espera que a mitad de este año comience a circular un billete de 2.000 pesos (8,94 dólares al tipo de cambio oficial; 7.000 pesos chilenos), aprobado por el Banco Central en febrero pasado, que será el de mayor valor en circulación en medio de la galopante inflación y devaluación de la moneda que arrastra el país.
Al duplicar el valor esperan reducir el número de billetes necesarios para realizar compras y agilizar el uso de los cajeros automáticos de los bancos.