El oficialista Daniel Scioli y el opositor Mauricio Macri son los dos aspirantes mejor perfilados para los comicios del 25 de octubre.
Continuidad y cambio son tópicos preponderantes de cara al proceso eleccionario, tras 12 años de kirchnerismo.
Daniel Scioli (izquierda) ganó las primarias de este domingo y enfrentará a Mauricio Macri (derecha).
Daniel Scioli, el candidato presidencial más votado en las primarias realizadas el domingo en Argentina, asegura que se ha preparado toda su vida para conducir la "gran Argentina".
Gobierna desde hace ocho años la Provincia de Buenos Aires, la más rica, poblada y compleja de Argentina, y obtuvo el 37 por ciento de los votos como único postulante por el Frente para la Victoria que comanda la presidenta argentina, Cristina Fernández.
Con este resultado, Scioli -ex campeón de motonáutica nacido en Buenos Aires hace 58 años- queda como el candidato mejor posicionado para disputar los comicios presidenciales del próximo 25 de octubre y apuntarse la victoria que, desde hace tiempo, ambiciona.
"Me preparé toda la vida para aspirar a esta responsabilidad", asegura el candidato del kirchnerismo, movimiento que gobierna Argentina desde hace 12 años y que muchas veces renegó de quien hoy es su presidenciable.
Ex vicepresidente
Scioli ocupó la vicepresidencia durante el gobierno del fallecido Néstor Kirchner (2003-2007), con quien al principio la relación no fue buena: el vicepresidente intentó tener un perfil alto y Kirchner le respondió desplazando a sus colaboradores en el área de Deportes. Sin embargo, con el tiempo la relación entre ambos mejoró.
No obstante, el núcleo duro del kirchnerismo siempre desconfió de su lealtad, sobre todo cuando arreciaron los rumores de que rompería filas y se pasaría a las de la oposición. Finalmente, y ante la falta de figuras fuertes propias, Cristina Fernández le respaldó como candidato único para sucederla.
Scioli elogia ahora las políticas del kirchnerismo y promete sostenerlas y afianzarlas, pero también cambiar lo que haga falta y con su sello: "Lo voy a hacer a mi manera".
El hito
Asegura que puede hacerlo porque tiene una "fortaleza anímica forjada en las adversidades": la mayor de ellas, un gravísimo accidente que casi le costó la vida y en el que perdió su brazo derecho.
Éste ocurrió a finales de 1989, cuando corría una carrera con su lancha, "La Gran Argentina". Scioli retomó su carrera siete meses después y conquistó ocho campeonatos mundiales de motonáutica en diferentes categorías hasta que abandonó el deporte profesional en 1998.
Simultáneamente a su carrera deportiva, desarrolló su actividad empresarial, en el negocio familiar y en la firma Electrolux. Estudió Comercio en la Universidad Argentina de la Empresa, pero apenas este año retomó la carrera que dejó inconclusa.
Vida política y familiar
Al mundo de la política llegó de la mano del presidente Carlos Menem (1989-1999) en 1997, cuando resultó electo diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires, banca que revalidó en 2001.
Ese mismo año, en medio de una grave crisis económica, fue designado secretario de Turismo y Deporte por el presidente provisional Adolfo Rodríguez Saá y ratificado por el también gobernante provisional Eduardo Duhalde (2002-2003).
Scioli se casó en 1985 con la entonces modelo y hoy empresaria Karina Rabolini, se divorciaron en 1998 y volvieron a convivir pocos años después.
Metódico, trabajador, resolutivo, apasionado, así describe Rabolini, de 48 años a su compañero de vida. También admite que es un "desastre" como jugador de fútbol, el pasatiempo favorito de Scioli.
"Daniel le pone pasión a todo lo que hace, y es un gran ejecutivo y un gran economizador de las cosas. Cuando nos divorciamos y nos volvimos a juntar, la primera vez que lo invité a comer a mi casa me apareció con flores y con una aspiradora", contó Rabolini en una reciente entrevista.
El gran sueño pendiente de la pareja es tener un hijo en común. Scioli tiene una hija, Lorena, de 37 años, fruto de una relación anterior, cuya existencia salió a la luz pública en 1990 y que fue reconocida tras una demanda por paternidad.
Integrada a la familia Scioli-Rabolini, Lorena le dio una nieta al candidato presidencial, Camila, de dos años, a la que su abuelo definió como "el mejor regalo" que le podía dar la vida.
"El cambio que pide Argentina"
Mauricio Macri, nacido y formado en la élite empresarial de Argentina, dejó los negocios por el fútbol, saltó después a la política y ahora, devenido en el principal candidato presidencial de la oposición, pide un "cambio" para el país tras 12 años de kirchnerismo.
Nacido en la ciudad bonaerense de Tandil el 8 de febrero de 1959, este ingeniero civil que se postula por el frente opositor Cambiemos debe su fama inicial y su fortuna al imperio fundado por su padre, el italiano Franco Macri, en cuyas empresas Mauricio hizo carrera.
Ex presidente de Boca Juniors
En 1991 fue secuestrado por un grupo de ex policías que lo tuvo 12 días encerrado en un cuarto mínimo, una experiencia que asegura que le cambió la vida.
Contra la voluntad de su padre, Macri decidió probar suerte en el fútbol: en 1995 fue elegido presidente de Boca Juniors, uno de los clubes de fútbol más populares de Argentina, y se mantuvo en el cargo hasta 2008.
Tras su éxito al frente del club xeneize, que vivió una época dorada, se catapultó a la arena política en 2003, primero como diputado y después como alcalde de la capital argentina al frente de la conservadora Propuesta Republicana (Pro).
Ocho años después, prepara el asalto definitivo a la Jefatura de Estado, aunque parte con desventaja frente al gran favorito, el oficialista Daniel Scioli.
¿Giro pragmático?
Buenos Aires, que votó el pasado julio por un tercer Gobierno consecutivo del Pro, es el mayor granero de votos de Macri, quien se ha aliado con la histórica Unión Cívica Radical para cosechar apoyos en las 23 provincias argentinas.
A diferencia de la capital argentina, que tiene una de las mayores rentas per cápita del país, su cinturón metropolitano, mucho más pobre, se ha decantado en los últimos años por el kirchnerismo y recela del reciente cambio de discurso del líder conservador.
Tras el ajustado triunfo del Pro en Buenos Aires, Macri apoyó políticas sociales como la Asignación Universal por Hijo y la estatización de YPF y Aerolíneas Argentinas, iniciativas kirchneristas que su bloque rechazó en el Congreso.
Pese a sus orígenes en una de las familias más acaudaladas de Argentina, Macri ha buscado construir un perfil de ciudadano medio, con una vestimenta desenfadada que lo aleja de sus inicios con traje y corbata y, en especial, con una campaña en la que visita casas de todo el país y comparte mates y charlas con sus anfitriones.
La piedra en el zapato
Casado en terceras nupcias con Juliana Awada y padre de cuatro hijos, se presenta como el candidato de la renovación y del diálogo y llama a los argentinos a huir del "estado de crispación permanente" que, a su juicio, encarna la actual mandataria, Cristina Fernández.
Macri está procesado en la Justicia por supuestas escuchas ilegales, en un escándalo que explotó en 2009 y que sigue en los tribunales.
Su apuesta por el medioambiente y los avances en infraestructuras y transportes bajo su gestión como alcalde tienen como contrapunto el déficit de viviendas, que afecta a cerca de 400.000 personas, en su mayoría de sectores populares.
Fanático de Freddy Mercury, a quien gusta imitar en las fiestas, el dirigente del Pro da que hablar también por sus peculiares bailes, tanto en los escenarios montados para las grandes citas electorales, como en sus apariciones en populares programas televisivos.
Con las redes sociales como grandes altavoces, Macri afirma que, de llegar a la Presidencia, reducirá la inflación y levantará el cepo cambiario y las trabas a las importaciones, entre otros problemas económicos que afectan a Argentina.
Por ahora, sus promesas chocan contra el fantasma de la crisis de 2001 y la recuperación experimentada por el país desde entonces, pero también contra su padre, Franco, quien ha apoyado públicamente al kirchnerismo y el año pasado llegó a decir que el próximo presidente tenía que salir de la agrupación juvenil ultrakirchnerista La Cámpora.
