La empresa argentina Xinca recicla neumáticos y residuos textiles para fabricar zapatillas y dar trabajo a personas en riesgo de exclusión, como presos y jóvenes con problemas de drogas, buscando lograr su compromiso por la ecología y la responsabilidad social.
Con vocación de ser una "empresa social de impacto", busca "rentabilidad, pero también resolver algún problema ambiental y social", aseguró a Efe Alejandro Malgor, uno de los tres socios que fundaron la empresa en la provincia de Mendoza, en el oeste de Argentina.
Buscaban una solución al problema de los desperdicios en Argentina, donde "se desechan más de 100.000 toneladas de neumáticos por año", aseguró Malgor.
Para evitar el daño que genera al medio ambiente y a la salud de las personas la quema o el entierro de deshechos neumáticos, buscaron un artículo cuya fabricación pudieran utilizar esta materia prima y alargar su vida útil.
Hasta el año pasado, la empresa recicló unos 20.000 kilos tanto de residuos textiles como de neumáticos.
Su filosofía de "revalorizar cosas que se están perdiendo" empieza por su nombre, Xinca, término que se refiere a un grupo de cuatro lenguas que habla poca gente de una comunidad en Centroamérica.
Xinca incorporó a sus procesos productivos personas como madres solteras, personas que viven en zonas rurales, presos y gente excluida del mercado laboral.
Hace un año que trabajan con 80 internos del penal de San Felipe, una cárcel de Mendoza, donde han montado un taller para "enseñarles un oficio, hacerles sentir la importancia del trabajo y darles la oportunidad a futuro", explicó Malgor.
Bajo la premisa de "dar segundas oportunidades, tanto a las personas como a los residuos", los tres mendocinos obtuvieron el premio Mayma 2014 al mejor empredimiento de Argentina y una mención de honor de Naciones Unidas en 2015.