Era requerido por el crimen del financiero Miguel Angel Graffigna.
La Policía baraja el suicidio como principal hipótesis.
El empresario fue absuelto en 2001 del asesinato del popular cantante argentino Rodrigo Bueno.
El empresario argentino Alfredo Pesquera, sobre quien pesaba una orden de captura por un supuesto asesinato, fue encontrado sin vida con un disparo en la cabeza y dentro de su camioneta, estacionada en la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires, informaron este domingo medios locales.
Pesquera, que estuvo imputado y luego fue absuelto en el año 2000 por la muerte del cantante argentino Rodrigo Bueno, estaba siendo buscado por el crimen del financiero Miguel Angel Graffigna, asesinado el pasado junio en la capital argentina.
El cuerpo del empresario estaba dentro de su camioneta, una BMW X6 negra, en la que fue hallada un arma, por lo que la policía baraja el suicidio como principal hipótesis.
El pasado lunes, la Fiscalía argentina pidió la detención de Pesquera ante la sospecha de que podía ser el autor material del asesinato de Graffigna, de 35 años.
El financiero fue asesinado de un tiro en la cara dentro de su coche el 7 de junio pasado, en el barrio porteño de Villa Ortúzar.
Según la Fiscalía, el móvil del crimen habría sido una deuda económica que Pesquera tenía con la víctima y que no podía pagar.
El caso del artista
El empresario fue absuelto en 2001 del asesinato del popular cantante argentino Rodrigo Bueno, fallecido el 24 de junio de 2000, cuando la camioneta que conducía a toda velocidad se estrelló contra un muro de cemento que separa ambos sentidos de la autopista que une a las ciudades de Buenos Aires y La Plata.
Los familiares del artista convencieron a la Fiscalía para que presentara el cargo de homicidio contra Pesquera, a quien se acusó de haber encerrado con su camioneta en varias ocasiones a la del músico, hasta que este perdió el control del vehículo.
Sobre Pesquera pesaba una petición de condena de trece años de prisión por doble homicidio con dolo eventual, pero los jueces no consideraron los testimonios suficientes como para entender que el empresario tuvo la intención de causar el accidente.
