Argentina recupera la normalidad tras registrar -25,4 grados en la ciudad de Bariloche, situación que provocó el cierre de aeropuertos, así como cancelaciones de vuelos y cortes de luz en las zonas más afectadas.
Ubicada en la provincia de Río Negro, la turística localidad alcanzó un nuevo récord en la madrugada del pasado domingo cuando el termómetro llegó a los -25,4 grados, la temperatura más fría desde 1963, informó Cindy Fernández, meteoróloga del Servicio Meteorológico Nacional.
Según medios locales, dos personas murieron como consecuencia de la ola de frío mientras que fuentes de Defensa Civil no confirmaron las causas de los fallecimientos.
Todos los aeropuertos argentinos están abiertos y los situados en las sureñas Bariloche, Esquel, Chapelco y Neuquén funcionan con normalidad después de reprogramar los vuelos que no pudieron despegar por las condiciones meteorológicas adversas, señalaron fuentes del Ministerio de Transporte.
El cierre del aeropuerto de Bariloche provocó que 5.000 personas no pudieran viajar este fin de semana y tuvieran que pernoctar en esa ciudad, que superó el 90 por ciento de ocupación hotelera, explicó el jefe de gabinete de la municipalidad, Pablo Chamapropulos.
Como consecuencia del frío se produjo la congelación de tuberías y 20 mil domicilios se quedaron sin suministro eléctrico, 2.000 de ellos aún sin luz.
Situación del transporte terrestre
En cuanto al transporte terrestre, el corte de carreteras en las provincias de Neuquén y Río Negro provocaron retrasos en las salidas de autobuses que mantienen a pasajeros en espera en terminales.
El temporal, provocado por una masa de aire frío que el sábado dejó nevadas en la Patagonia argentina y otras áreas del país, mantiene temperaturas inferiores a los cinco grados bajo cero y heladas en el centro y norte del país.
La ola de frío comenzó a desplazarse hacia el norte y ya alcanzó el sur de Brasil, Paraguay y Uruguay.