En Concordia, la ciudad más afectada por las históricas inundaciones que golpean el noreste argentino, el presidente, Mauricio Macri, prometió ayuda para reconstruir las zonas anegadas, de las que 20.000 personas permanecen evacuadas y reciben alimentos, agua potable y asistencia sanitaria.
"Sepan que no están solos", dijo Macri al inicio de su primera rueda de prensa al frente del comité de crisis constituido por el gobierno para supervisar la emergencia.
El mandatario, que se vio forzado a interrumpir sus vacaciones en el sur del país para atender la emergencia, destacó la coordinación entre las autoridades nacionales, provinciales y locales y agradeció a los argentinos los numerosos gestos de solidaridad mostrados desde todos los puntos del país.
En menos de 72 horas, la organización Red Solidaria ha recibido 55 toneladas de donaciones, en especial ropa, agua potable, pañales y productos de limpieza.
Otras ONG, agrupaciones políticas juveniles y medios de comunicación locales, entre otros, también han aportado su grano de arena para aliviar a las miles de familias que han tenido que pasar las fiestas navideñas lejos de sus hogares.
En los centros de evacuados de Concordia, los vecinos más veteranos relatan ante las cámaras que es la cuarta, quinta e incluso sexta vez que el agua les arrebata todo lo que tienen, aunque la mayoría no recuerda una crecida del río Uruguay como la actual, la peor en más de 50 años, que ha dejado a un cuarto de la ciudad inundada.
Con el objetivo de minimizar futuras crecidas, Macri prometió que construirán "soluciones más permanentes" en cuanto el agua se retire, como represas y acueductos que eviten la acumulación del agua en casos de tormentas.
Por el momento, el cese de las precipitaciones ha estabilizado la crecida de los ríos en todo el noreste argentino y evitado nuevas evacuaciones.
De mantenerse los cielos despejados, el caudal de los ríos bajará la próxima semana y comenzarán las tareas de reconstrucción.