El presidente de Argentina, Alberto Fernández, busca este domingo a quien reemplace a Martín Guzmán al frente del Ministerio de Economía y sea capaz de ordenar un complejo escenario macroeconómico, cada vez más afectado por el ruido político que provocan las divisiones en el seno del frente oficialista.
Ningún miembro del gobierno se ha expresado públicamente tras la renuncia presentada por Guzmán en la tarde del sábado.
Sólo se conoció que el jefe de Estado mantenía este domingo una reunión con, entre otros, el canciller Santiago Cafiero, y el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, líder del Frente Renovador, la tercer mayor fuerza dentro del oficialista Frente de Todos, donde crecen las disputas de poder entre el ala kirchnerista de la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández, y el sector del peronismo más moderado, alineado con Alberto Fernández.
En tanto, dirigentes del empresariado y de Juntos por el Cambio, la principal coalición opositora del país, han reclamado este domingo que el oficialismo busque un sucesor para Guzmán con "consenso político" y poder de decisión para conducir la compleja economía argentina.
"Exigimos al Frente de Todos la máxima responsabilidad institucional y seriedad democrática, el cese en las peleas internas y poner todo el esfuerzo en resolver los problemas de los argentinos", dijo Juntos por el Cambio en un comunicado.
INTERNA POLÍTICA
La renuncia de Guzmán se produjo tan solo un mes después de que Matías Kulfas, otro de los ministros cercanos al presidente y cuestionados por la vicepresidenta, dejara su cargo al frente de la cartera de Desarrollo Productivo -área clave para la política industrial- enfrentado con funcionarios que responden a Cristina Fernández.
Las críticas de la vicepresidenta a la gestión económica del Gobierno vienen desde el año pasado y se centran en el ajuste fiscal emprendido por Guzmán y que quedó plasmado, como meta de obligatorio cumplimiento, en el acuerdo de refinanciación que Argentina selló en marzo último con el Fondo Monetario Internacional y que incluye un programa económico muy cuestionado por el ala más dura del kirchnerismo.
El jefe de Estado había sostenido hasta ahora a Guzmán, quien, tras unas semanas muy tensas en los mercados, hizo pública este sábado su renuncia a través de Twitter, justo cuando la vicepresidenta renovaba sus críticas a la gestión económica en un acto político.
"Claramente el momento para hacer pública la renuncia es una señal muy clara y fuerte", dijo a Efe el analista político Esteban Regueira, de la consultora Clivajes, para quien Guzmán "no le quedaba mucho por hacer al no tener respaldo y teniendo en cuenta que tampoco los resultados inmediatos lo acompañaban".
En su carta de renuncia, Guzmán fue directo: le pidió al presidente que "trabaje en un acuerdo político dentro de la coalición gobernante" para que quien lo reemplace "cuente con el manejo centralizado de los instrumentos de política macroeconómica", algo que el ministro saliente no tenía en, por ejemplo, materia energética.
DEBILIDAD
Para Regueira, la salida de Guzmán del Gabinete representa una "herida mortal" para el frente gobernante que "deja a Alberto Fernández en una posición de debilidad importante, no tanto por el cambio de ministro, sino por el contexto de crisis de la coalición y de crisis económica que atraviesa el país".
El analista apuntó que, para llegar de una forma "más ordenada" a las elecciones presidenciales del próximo año, "se necesita algún gesto de fortaleza del presidente para generar cambios notables en el entramado social".
"Pero me parece algo difícil de suceder. Si algo reina en estos momentos es la incertidumbre", sostuvo.
La economía argentina logró crecer el año pasado 10,4 por ciento tras tres años de severa recesión, pero este año la actividad ha perdido vigor, mientras que la elevada inflación, uno de los principales problemas macroeconómicos del país, se ha acelerado al 60,7 por ciento interanual en mayo, afectando seriamente el poder adquisitivo de amplios sectores sociales en un país donde el índice de pobreza es del 37,3 por ciento.
Las últimas semanas han sido tensas en los mercados, primero con caídas en los bonos de deuda soberana, y luego, tras la decisión el lunes pasado de restringir el acceso a divisas para pagar importaciones, con saltos en las cotizaciones del dólar estadounidense, que llegaron a valores récord