El número de llamadas a la línea contra el abuso infantil en Argentina se incrementó en más de 1.200 por ciento desde que el pasado martes la actriz Thelma Fardín revelara que presentó una denuncia contra el también actor Juan Darthés, al que acusa de haberla violado en 2009, cuando ella tenía 16 años.
Según informó el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos del Gobierno de Mauricio Macri, a partir de esa revelación, que ha conmocionado al país, el número de denuncias a la línea contra el abuso infantil aumentó considerablemente.
"Acompañamos la preocupación y conmoción por la denuncia", expresó el titular de Justicia, Germán Garavano.
Según los datos oficiales, las llamadas al 0800-222-1717 en las últimas 48 horas saltaron de un promedio diario de 16 llamadas a 55, el día que se hizo pública la acusación, y a 214 el día posterior, creciendo un 1.240 por ciento.
En esta línea telefónica, de alcance nacional las 24 horas, un equipo de profesionales integrado por trabajadoras sociales y psicólogas y abogadas especialmente entrenadas en violencia familiar y sexual brindan orientación sobre cómo y dónde radicar las denuncias en los organismos competentes en el lugar de residencia de la víctima; las consultas tienen seguimiento y se realizan enlaces con organismos de protección local.
También se han incrementado las llamadas a la línea nacional 144 que ofrece información, asesoramiento y contención para las mujeres de todo el país en situación de violencia.
Preocupantes cifras de abusos
La información que maneja el Ministerio indica que siete de cada diez víctimas menores de 18 años son niñas y el 51 por ciento tiene menos de 11 años. Asimismo, la proporción de víctimas de ese género sube a medida que aumenta la edad, a diferencia de los que ocurre con los niños.
Siete de cada diez agresores pertenecen al ámbito familiar de la víctima y más de la mitad son padres o padrastros.
El Ministerio reveló también que las formas más frecuentes de victimización sexual son el "manoseo", seguido por la violación.
El 65 por ciento de las víctimas son niños, niñas y adolescentes y el 67,4 por ciento de los hechos suceden en el hogar de la víctima, del agresor o de un familiar.
El 41,3 por ciento de las llamadas son realizadas por familiares mientras que el 34,1 por ciento provienen de instituciones.