El papa Francisco lamentó la violencia que sufre la ciudad argentina de Rosario, azotada estas semanas por el narcotráfico, y ha llamado a "rehabilitar la política" e investigar la corrupción que permite esta situación.
"En un momento de crisis como los que vive la ciudad de Rosario, comprendemos la necesidad de la presencia de las fuerzas de seguridad para llevar tranquilidad a la comunidad. No obstante, sabemos que en el camino de la paz se deben transitar respuestas complejas e integrales, con la colaboración de todas las instituciones que conforman la vida de una sociedad", sostuvo el pontífice en un video difundido hoy por la Santa Sede.
El papa alegó que "todo pueblo tiene en sí mismo las herramientas para superar aquello que atenta contra su propia integridad" y, por ello, cree que "nadie de buena voluntad puede sentirse excluido ni ser excluido" de la tarea para hacer que Rosario sea un lugar seguro.
No obstante, denunció que "sin complicidades de un sector del poder político, policial, judicial, económico y financiero no sería posible llegar a la situación" actual.
"Es necesario rehabilitar la política, que es 'una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común'" instó, aludiendo a un pasaje de su encíclica 'Fratelli tutti' (2020).
Y agregó: "Todos los sectores políticos están llamados a transitar el gran camino del consenso y del diálogo para generar leyes y políticas públicas que acompañen un proceso de recuperación del entramado social. La alternancia de las gestiones debe sostener la continuidad de los procesos de cambio".
Así, Francisco abogó por "trabajar no sólo sobre la oferta, sino también sobre la demanda de drogas a través de políticas de prevención y asistencia", y apuntó que "el silencio del Estado en esta materia sólo naturaliza y facilita la promoción del consumo y comercialización de las mismas".
El papa argentino cree "necesario que el sistema democrático vele por la institucionalidad de la justicia, de tal manera que pueda ser independiente" y pueda "investigar los entramados de la corrupción y del lavado de dinero que facilitan el avance del narcotráfico".
Por último, el papa destacó que la Iglesia está llamada a "acompañar espiritual y orgánicamente" a los damnificados por la violencia", los enfermos, los adictos y sus familiares, los presos por esta situación y quienes viven una vulnerabilidad extrema.
"Queridos hermanos y hermanas rosarinos, estoy cerca de ustedes. La Virgen del Rosario intercede día y noche por todos sus hijos, sobre todo, como suelen hacerlo las mamás, con diligencia especial por quienes tienen mayores fragilidades. Que Dios los bendiga, un abrazo", terminó.