La ONG Human Rights Watch (HRW) denunció la destrucción casi completa de 214 aldeas en el estado de Rakáin, en el oeste de Birmania (Myanmar), y reclamó a la Organización de Naciones Unidas (ONU) que imponga sanciones al país por la "limpieza étnica" de los militares contra la minoría musulmana rohinyá.
Según la ONU, unos 420.000 rohinyás han huido a Bangladesh denunciando asesinatos, incendios y saqueos por las operaciones militares en la región contra el Ejército de Salvación Rohinyá de Arakan por los ataques que perpetró contra 30 controles y puestos el 25 de agosto.
"Los gobernantes del mundo reunidos en Naciones Unidas deben adoptar con carácter de urgente una resolución de la Asamblea General que condene la limpieza étnica de los militares, mientras que el Consejo de seguridad de la ONU debe imponer sanciones y el embargo de armas", dijo HRW en un comunicado.
Según la ONG, imágenes satelitales del 16 de septiembre revelan la destrucción de "decenas de miles de casas" o el 90 por ciento de 214 aldeas en las poblaciones de Maungdaw y Rathedaung: "una prueba impactante de la destrucción masiva en un aparente intento de las fuerzas de seguridad birmanas de impedir el regreso de los rohinyás a sus aldeas" y "corroboran" sus denuncias, afirmó el subdirector para Asia de HRW, Phil Robertson.
Los miembros de esta comunidad hablan un idioma similar a un dialecto bengalí, aseguran que llevan generaciones en Birmania, pero, en cualquier caso, no son reconocidos como ciudadanos en Bangladesh y las autoridades les impone múltiples restricciones, incluida la privación de movimientos.
Las imágenes "corroboran" denuncias de rohinyás, según la ONG. (Foto: HRW)
ONU pidió al gobierno acceso pleno para verificar los abusos
Por su parte, Amnistía Internacional (AI) acusó este martes a la líder de facto de Birmania, Aung San Suu Kyi (Premio Nobel de la Paz de 1991), de enterrar la cabeza ante los horrores que padecen los rohinyás, al igual que Fortify Rights y otros grupos defensores de los derechos humanos.
"Hay una cantidad apabullante de pruebas de que las fuerzas de seguridad están envueltas en una campaña de limpieza étnica", dijo el director de AI para el Sudeste Asiático y Pacífico, James Gomez.
En tanto la ONU pidió este martes al gobierno birmano acceso pleno y sin restricciones para verificar los graves abusos cometidos presuntamente contra los rohinyás.
Con los ataques del ARSA en octubre de 2016 y agosto de 2017, y la consecuente respuesta militar, cerca de la mitad del millón de miembros de la entica que había en Rakáin se han pasado a Bangladesh.
