La orden presidencial enfría las posibilidades de retomar las negociaciones de paz.
El mandatario acusa al grupo y a su proscrito brazo político de urdir un complot para expulsarlo del poder.
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ordenó a las Fuerzas Armadas "neutralizar" la guerrilla comunista del Nuevo Ejército del Pueblo (NEP), lo que enfría las posibilidades de retomar las negociaciones de paz.
"Ya no se trata de prevenir el crimen porque incluso hay agentes de policía implicados con ellos. Ahora la única manera de frenar su amenaza es la neutralización", dijo anoche el mandatario en un discurso ante la Brigada 803 del Ejército en la región de Samar, en el este del país.
En las últimas semanas, Duterte ha acusado reiteradamente a esa guerrilla y a su brazo político, el proscrito Partido Comunista (PC), de urdir un complot con otros grupos de la oposición para expulsarlo del poder este mes, un plan bautizado por los servicios de inteligencia como "Octubre Rojo".
"Uno comete crímenes 24 horas al día una vez que se une al NEP", subrayó el presidente, que hace dos semanas aseguró que esa guerrilla estará completamente derrotada para 2019.
La inteligencia militar y la policía han avalado la teoría de la conspiración contra Duterte, en la que también estarían implicados algunos miembros del opositor Partido Liberal y el grupo Magdalo, partido político formado por exmilitares disidentes.
Diversas organizaciones de derechos humanos y grupos civiles temen que el "Octubre Rojo" sirva de pretexto a Duterte para extender a todo Filipinas la ley marcial, medida de excepción en vigor en la isla de Mindanao desde mayo de 2017 por la amenaza del terrorismo yihadista.
Al comienzo de su mandato hace dos años, Duterte retomó las negociaciones de paz con los comunistas en Oslo, aunque el proceso se vio interrumpido en varias ocasiones hasta estancarse en punto muerto el pasado junio.
El NEP, fundado en 1969 como brazo armado del PC, es considerado grupo terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, y cuenta con unos 6.000 combatientes regulares para un conflicto que ha causado más de 40.000 muertes en cinco décadas.
