Filipinas: Condenan a tres policías a 40 años por asesinar a menor en guerra antidroga
Se trata de la primera condena sobre los abusos cometidos por las fuerzas de seguridad en esta sangrienta campaña.
Se trata de la primera condena sobre los abusos cometidos por las fuerzas de seguridad en esta sangrienta campaña.
Tres agentes de la policía de Filipinas fueron declarados culpables y condenados a 40 años de prisión por el asesinato de Kian delos Santos, de 17 años, en una operación de la guerra antidroga a las afueras de Manila en agosto de 2017.
Se trata de la primera condena sobre los abusos cometidos por las fuerzas de seguridad en esta sangrienta campaña que se ha cobrado la vida de unos 5.000 sospechosos en redadas policiales, aunque grupos de derechos humanos elevan la cifra a hasta 15.000 o 20.000 asesinatos amparados en el clima de impunidad.
El asesinato de Delos Santos, grabado por cámaras de seguridad en el distrito manileño de Caloocan, marcó un punto de inflexión en la guerra contra las drogas impulsada por el presidente filipino, Rodrigo Duterte, y crispó la opinión pública sobre sus abusos.
El Tribunal de Primera Instancia de Caloocan condenó a los agentes Arnel Oares, Jeremias Pereda y Jerwin Cruz a 40 años de prisión sin libertad condicional y a pagar una indemnización a la familia de la víctima de 345.000 pesos (6.580 dólares o 5.780 euros).
Sin embargo, fueron declarados inocentes de plantar pruebas incriminatorias, ya que junto al cadáver de Kian se encontraron dos bolsitas de "shabu" -una metanfetamina barata y muy consumida en los barrios pobres de Filipinas- y una pistola calibre 45.
El estudiante Kian delos Santos fue encontrado muerto el 16 de agosto de 2017 en posición fetal con varios disparos en la cabeza tras una redada antidroga en la que, según la versión policial, éste sacó un arma de fuego, lo que les obligó a disparar.
Sin embargo, relatos de testigos y la grabación de cámaras de seguridad, mostraron a dos hombres vestidos de civil arrastrando a Kian por una cancha de baloncesto, lo que contradecía la versión policial de los disparos en defensa propia.