La Marina filipina enviará una fragata a Libia para apoyar a las autoridades libias en las tareas de búsqueda y rescate de tres trabajadores filipinos y un ciudadano surcoreano que fueron secuestrados en ese país hace un mes.
"Siguiendo las indicaciones del Comandante en Jefe, el presidente Rodrigo Duterte, la Marina filipina está organizando la estrategia adecuada para responder a ese secuestro", afirmó en un comunicado el fin de semana, el comandante de la Marina, Jonathan Zata.
El comunicado no precisa cuándo partirá la fragata hacia aguas libias y esta mañana (noche de domingo aún en Chile) los buques de guerra de la Marina filipina todavía se podían ver atracados en la base naval de Cavite.
Al conocerse el secuestro de los tres ingenieros, el pasado 6 de julio en la zona industrial de Al Hasawna (noroeste de Libia), la Marina envió al capitán Donn Miraflor, oficial de enlace de las Fuerzas Marítimas combinadas con base en Bahrein, quien ha trabajado con el encargado de negocios filipino en Trípoli, Boy Melicor.
Duterte ya adelantó el pasado viernes en un discurso que estaba estudiando la posibilidad de enviar a Libia la fragata más moderna de la Marina en un intento de "salvar" a los tres filipinos y el surcoreano.
Corea del Sur ya ha mandado a Libia un buque que participa en operaciones contra la piratería en el Golfo de Aden para ayudar a liberar a los cuatro rehenes.
Un grupo armado no identificado secuestró a varios empleados de un proyecto hidráulico en la zona industrial de Al Hasawna, entre ellos a los tres ingenieros filipinos y al surcoreano, además de a dos libios que ya fueron liberados.
Los secuestrados trabajaban en el proyecto del "río artificial", una red de canalizaciones que conecta los acuíferos del desierto con las ciudades costeras del país, obra del antiguo dictador Muamar el Gadafi.
Desde que en 2011 la comunidad internacional contribuyera a la victoria de los rebeldes sobre el régimen de Gadafi, Libia es un Estado fallido, dominado por cientos de milicias, grupos yihadistas y redes de contrabando.
En la actualidad hay dos gobiernos: uno apoyado por la ONU en el oeste y otro tutelado por el mariscal Jalifa Hafter, antiguo líder de la oposición a Gadafi reclutado por la CIA y que controla el este del país.