La Policía filipina confirmó este jueves que ha encontrado muerto al varón fuertemente armado que asaltó anoche un casino en Manila, en un incidente calificado como robo donde al menos 54 personas resultaron heridas.
El cadáver calcinado del presunto responsable del ataque en el Resort World Manila, en el sur de la capital filipina, fue hallado en la quinta planta del hotel.
El sospechoso se había atrincherado en la habitación 501 del complejo, envuelto en sábanas rociadas de gasolina y prendido fuego, en lo que ha sido catalogado como suicidio por según la versión oficial.
El director General de la Policía, Ronald Dela Rosa, descartó el incidente como acto terrorista y lo calificó de robo, a pesar de que el Estado Islámico (EI) ha reivindicado el asalto.
"Un solo hombre entró en el segundo piso del Resorts World Manila. Portaba una carabina M4 y quemó varias mesas de juego. El no disparó a nadie", declaró a los medios Dela Rosa.
El oficial precisó que la reclamación del EI es falsa y es mera propaganda del grupo yihadista, al añadir que nadie resultó herido de bala.
"Si fuese un terrorista, sembraría el terror", zanjó.
Más de 50 lesionados
Conforme al recuento provisional, al menos 54 personas fueron atendidas por los servicios médicos, algunas de gravedad, por heridas causadas durante la estampida de los presentes y la inhalación de humo.
Según las imágenes captadas por las cámaras de seguridad y facilitadas por la Policía, el sospechoso estaba fuertemente armado e iba enmascarado y vestido de negro.
La Policía asegura que el motivo del asalto era robar un botín de 130 millones de pesos filipinos (unos 2,6 millones de dólares, 2,3 millones de euros) en fichas del casino.
Las autoridades han reforzado la seguridad del aeropuerto internacional Ninoy Aquino, cercano al resort asaltado, el palacio de Malacañang, embajadas y ministerios, entre otros emplazamientos de la capital filipina.
El asalto del complejo de ocio coincide con los enfrentamientos entre Ejército y yihadistas del Grupo Maute, afín al Estado Islámico, en la sureña ciudad de Marawi que continúan hoy por undécimo día.
Los combates en esa ciudad de la región de Mindanao, de mayoría musulmana, han causado más de 170 muertos, y según analistas locales no tienen visos de concluir a corto plazo.