El enclave separatista de Nagorno Karabaj es escenario de un "desastre humanitario" debido a los indiscriminados bombardeos azerbaiyanos contra la población civil, la participación de terroristas en los combates y el uso de armamento prohibido como bombas de racimo, denunció hoy a la Agencia EFE Artak Beglarián, Defensor del Pueblo karabají.
"Debido a la amenaza a su seguridad y al terror psicológico, muchos han tenido que abandonar sus hogares. Tenemos decenas de miles de refugiados y desplazados. La cifra puede superar los 80.000 (...), que es más del 50 por ciento de la población de la república, sino más", dijo Beglarián en Stepanakert, capital karabají.
Desde el estallido de las hostilidades el 27 de septiembre, además de 240 soldados, han muerto una veintena de civiles y más de 80 resultaron heridos.
Beglarián, que perdió la vista al pisar una mina en el conflicto étnico que estalló en 1988 poco antes de que desapareciera la Unión Soviética (1991), estimó en más de dos mil las propiedades destruidas por valor de decenas de millones de dólares.
También habrían resultado alcanzados en los bombardeos las infraestructuras civiles, desde escuelas a guarderías, gasoductos, fábricas y estaciones eléctricas.
"Todo esto demuestra que las fuerzas azerbaiyanas apuntan a los civiles de manera intencionada y sistemática. Llevan varios días bombardeando con armamento pesado Stepanakert, su infraestructura y los edificios", señaló.
Beglarián subrayó que los ataques son "indiscriminados", por lo que "todo el mundo está en peligro" y que aquellos que no han abandonado la capital del enclave "deben refugiarse en sótanos" y no pueden satisfacer sus "necesidades básicas".
Denunció el "uso extensivo" de armamento pesado en zonas pobladas, con lo que en el Karabaj hay miles de proyectiles "sin explotar", lo que, destacó, supone un gran peligro para los civiles, especialmente los niños.
"Sé lo peligroso que es", señaló y recodó que cientos de personas han muerto y resultado heridas en los últimos 30 años debido a las minas.
También denunció el uso de "bombas racimo" y "drones suicidas", ambos prohibidos por la comunidad internacional; además de cohetes y misiles Smerch rusos; Polonez bielorusos; Extra y Lora israelíes.
"Está prohibido su uso contra civiles o su empleo indiscriminado", resaltó.
Alertó del despliegue de "varios miles" de terroristas sirios y libios en el frente, lo que recordó es "un crimen de guerra", con el fin de exterminar a los civiles armenios.
"Están instruidos en el genocidio", indicó.
Beglarián destacó que todos esos factores están acompañados por la "Armenofobia", es decir, la política de odio promovida, en su opinión, desde "hace décadas" por las autoridades azerbaiyanas y apoyada por Ankara.
"La misma existencia de nuestra población está amenazada por Azerbaiyán y los terroristas respaldados por Turquía", afirmó.