Las autoridades de Pakistán elevaron este martes a 93 el número de muertos y a más de 150 los heridos, en su mayoría funcionarios de Policía, tras el atentado suicida cometido ayer en una mezquita en el noroeste paquistaní, uno de los peores atentados contra las fuerzas de seguridad en este país.
"El número de muertos en la explosión ha llegado a 93", dijo a EFE Asim Khan, portavoz del Hospital Lady Reading de la ciudad de Peshawar, donde ocurrió el atentado, mientras que medio centenar de lesionados continúan siendo atendidos en el hospital, algunos de ellos en estado crítico.
El número de víctimas ha ido en aumento en las últimas horas a medida que avanzan las operaciones de limpieza y rescate en el lugar del atentado. Tras más de un día de trabajo, las fuerzas continúan removiendo de manera manual escombros con las sospechas de que podrían haber todavía más cuerpos bajo las ruinas.
El ataque tuvo lugar hacia el mediodía en una mezquita del área de Police Lines, un centro residencial y de entrenamiento para policías, lo que explica el alto número de víctimas dentro de este cuerpo. Más de 300 fieles se encontraban en el recinto ofreciendo las habituales oraciones de la tarde cuando el atacante suicida detonó los explosivos, haciendo volar el techo de la mezquita.
"La magnitud de la tragedia humana es inimaginable. Esto es un ataque a Pakistán. La nación está abrumada por el profunda sentimiento de duelo", dijo el primer ministro paquistaní, Shehbaz Sharif, en Twitter tras su visita a Peshawar.
Aunque el mensaje en una cuenta de Twitter asociada con el comandante talibán paquistaní Mohmand se atribuía la responsabilidad del ataque, la veracidad de esta afirmación no ha podido ser corroborada de manera independiente.
Además, el Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), el principal grupo talibán paquistaní, negó categóricamente su participación en el ataque cometido contra un espacio sagrado, una acción que iría en contra de las normas del grupo terrorista.