El Gobierno paquistaní reconoció la fuga de Ehsanullah Ehsan, que, como portavoz de los talibanes paquistaníes, reivindicó el intento de asesinato en 2012 de la activista y premio Nobel de la Paz, Malala Yousafzai.
"La noticia (de la fuga) es cierta. Es cierta", dijo en una charla informal con periodistas el ministro del Interior, Ijaz Shah, en la primera confirmación oficial, 7 días después de que Ehsan anunciase su evasión en un audio enviado a los medios.
Shah indicó que "el Estado es consciente" de la evasión de Ehsan, y añadió que "se está haciendo mucho" al respecto. "Escucharan buenas noticias", aseguró.
Ehsan, portavoz del principal grupo talibán paquistaní, el Tehreek-e-Taliban Pakistán (TTP), y más tarde del Jama-ul-Ahrar (JuA), reivindicó, además del ataque a Malala, algunos de los peores atentados en el país, como la matanza de 70 personas en un parque infantil en 2016 en la ciudad oriental de Lahore.
El 10 de febrero, el talibán afirmó en un audio -enviado a los medios paquistaníes- que el 11 de enero escapó junto con su mujer y dos hijos de la "prisión" en la que el Ejército le tenía preso desde que en 2017, se entregó a las autoridades tras llegar a un acuerdo.
¿Lo dejaron escapar?
Desde su evasión, tanto el ejército, que lo mantenía recluido en una casa segura, como el Gobierno han guardado silencio acerca de la fuga.
La fuga y el silencio del estado despertó la indignación de víctimas del terrorismo, que se preguntan si no le dejaron escapar.
"Creemos que no se escapó, sino que se permitió que saliese del país ¿Cómo un asesino bajo arresto y custodiado por el Ejército puede irse tan fácilmente?", dijo a EFE hace unos días Abid Raza Banghash, padre de una de las víctimas de la violencia terrorista en Pakistán.
Su hijo murió en uno de los peores atentados de los talibanes en la historia del país, cuando en 2014 un grupo de hombres armados atacó un colegio vinculado al ejército, en la ciudad de Peshawar matando a 125 jóvenes.