Una joven de una aldea paquistaní fue raptada, desposada dos veces y luego violada en grupo en represalia por la afrenta de su hermano, que se casó con una joven sin el consentimiento de la familia de ésta.
La tragedia comenzó el mes pasado, cuando la familia ofendida pidió la celebración de un consejo tribal (o'panchayat') y éste sentenció que los denunciantes tenían derecho como retribución a la hermana del joven que desposó a su vecina sin permiso.
"Secuestraron a la joven hace dos semanas", dijo un responsable policial local, Anayatulá Niazi, quien detalló que fue dada en matrimonio forzoso a uno de los hermanos de la chica cuya boda no autorizada originó la disputa.
"Unos días después, se divorció de ella y la casaron con otro hermano", relató el agente.
"El pasado jueves, los dos hermanos y otros dos individuos la llevaron a las afueras de la aldea, la violaron en grupo y la ataron desnuda a un árbol", dijo Niazi, quien reveló que los cuatro agresores fueron arrestados.
No se han presentado, sin embargo, cargos contra los participantes u organizadores del consejo tribal que decidió el pago de la deuda de honor, a pesar de que el Tribunal Supremo del país se pronunció específicamente contra sentencias de este tipo.
Práctica generalizada
Los llamados "crímenes de honor" son muy habituales en el sur de Asia y suelen implicar a varones de una familia que vengan lo que consideran una afrenta que contraviene la conservadora moral familiar de las sociedades locales.
Un experto europeo en temas de género afincado desde hace años en Pakistán explicó recientemente a la agencia EFE que muchos varones del subcontinente indio creen que "el honor de los hombres está en el cuerpo de las mujeres" y que debe ser defendido a cualquier precio.
A pesar de una prohibición expresa del Tribunal Supremo de Pakistán, la justicia paralela es impartida a menudo por consejos tribales bajo la supervisión de clérigos locales.
Según la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (HRCP), casi un millar de mujeres -cien de ellas menores- murieron en 2012 en el país por este tipo de crímenes, aunque el organismo alerta de que el número puede ser mayor porque muchos casos pasan inadvertidos.