El presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, designó este lunes a un nuevo jefe de Policía, relevando al predecesor del cargo que hace unos días fue responsabilizado de no compartir los informes que alertaban de los atentados que hace una semana causaron 359 muertos en la isla.
El oficial Chandana Wikremerantne, que hasta ahora había ocupado el puesto de segundo al mando de las fuerzas policiales, fue designado nuevo inspector general de Policía (IGP), informó la oficina de la Presidencia a través de un comunicado.
El anuncio no aclara si esta decisión en materia de seguridad se produjo tras la destitución del antiguo jefe de la Policía, Pujitha Jayasundara, o si éste presentó su renuncia voluntaria.
Tras los atentados, Sirisena pidió la renuncia de Jayasundara y del secretario de Defensa, Hemasiri Fernando, después de que se conociera que los organismos de seguridad recibieron con antelación información sobre la serie de atentados a tres hoteles de lujo y tres iglesias en los que además resultaron heridas unas 500 personas.
Según esta versión, se incumplieron los protocolos para llevar la información al nivel más alto, razón por la que las autoridades admitieron no haber actuado oportunamente.
Fernando presentó su carta de renuncia el pasado jueves 25 de abril asegurando que abandonaba el cargo para facilitar las investigaciones pese a que, dijo, difundió "sistemáticamente la información de inteligencia recibida sobre los ataques a los funcionarios y departamentos competentes" y que cumplió con su "deber".
Los brutales atentados fueron cometidos por al menos nueve suicidas que portaban potentes explosivos, vinculados a organizaciones extremistas locales y reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (ISIS).
Horas después, una séptima detonación tuvo lugar en un pequeño hotel situado a una decena de kilómetros al sur de la capital, y la última en un complejo residencial, también en Colombo.
Esas explosiones fueron vinculadas por las autoridades con el intento de huida de varios sospechosos.
Desde entonces, se han hallado y desactivado numerosos artefactos explosivos en distintos lugares de la ciudad que se presume guardan conexión con estos ataques.
En estas pesquisas han muerto al menos 16 personas, se han detenido a cerca de otras 150 y se han incautado grandes sumas de dinero y armas.