Un japonés tiene nueve hijos de entre dos semanas y dos años de edad, y otro por nacer, en Tailandia, con 10 madres contratadas como vientres de alquiler, en el último escándalo destapado en el país tras el causado por un matrimonio que abandonó a un bebé con síndrome de Down.
Según el diario Bangkok Post, los contratos con las mujeres tailandesas son legales y ninguna fue forzada a tener un hijo de este ciudadano nipón.
Las autoridades efectuarán análisis de ADN para confirmar la paternidad de los niños, que fueron trasladados a una residencia social del Estado en la provincia de Nonthaburi, en el centro de Tailandia.
La directora del Departamento de Desarrollo Social y Bienestar, Yanee Lertkrai, señaló que los menores se encontraban bien atendidos con niñeras que cobraban al mes 10.000 bahts (178 mil pesos chilenos).
Una de las madres contratadas reveló que le ofrecieron 300.000 bahts (5 millones 345 mil pesos) por dar a luz a un bebé y 400.000 bahts (7 millones 124 mil pesos) si eran gemelos, y añadió que una amiga, que lo intentó pero no quedó embarazada con la inseminación "in vitro", la introdujo en el negocio.
La Policía investiga si este negocio de vientres de alquiler forma parte de una red de tráfico de personas, ya que la noticia del japonés surge después de que un matrimonio australiano contratase a una madre tailandesa para tener un hijo de ellos y tras tener gemelos, una niña y un niño, se llevó a la pequeña y dejó al menor porque padece síndrome de Down.
Varios documentos de la justicia australiana publicados por la prensa local apuntan que el padre del bebé con síndrome de Down fue condenado en 22 ocasiones por delitos relacionados con abuso a menores.