Veterinaria se suicidó con el mismo fármaco con el que sacrificó a cientos de animales
La taiwanesa Chien Chih-cheng era amedrentada con el apodo de "hermosa asesina" por las 700 eutanasias que debió realizar.
"Espero que mi partida les permita darse cuenta que los animales abandonados también son vidas", escribió en una carta.
Muchos acusaron al gobierno de "matarla" por su incapacidad de dar con maneras efectivas para erradicar el abandono.