La fuerza antinarcóticos de Bolivia decomisó 9,6 toneladas de cocaína y 164 de marihuana en el primer semestre de este año, en el que también fueron destruidas 2.605 hectáreas de plantaciones ilegales de hojas de coca, informó una fuente oficial.
En una rueda de prensa ayer sábado, el viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Felipe Cáceres, presentó estos resultados y aseguró que son "el mejor mensaje" hacia la comunidad internacional de que "Bolivia cumple" con sus compromisos en la lucha antidrogas.
"De este modo mostramos resultados contundentes es materia de incautación de droga", complementó la autoridad.
En el mismo periodo, la fuerza antinarcóticos efectuó 6.878 operativos en los que fueron detenidas 1.976 personas y se destruyeron 664 fábricas de estupefacientes, indicó Cáceres.
Sobre los cultivos ilegales de hojas de coca, detalló que en el trópico de Cochabamba (centro) se destruyeron 1.898 hectáreas, en los Yungas de La Paz otras 572 y 135 más en la localidad de Yapacaní, en Santa Cruz (este).
La hoja de coca en Bolivia está consagrada en la Constitución de 2009 por sus usos tradicionales, medicinales y culturales, pero una parte de la producción es desviada al narcotráfico para la fabricación de cocaína.
Bolivia cuenta desde marzo de 2017 con una ley que subió la superficie de cultivos legales de la planta de 12.000 a 22.000 hectáreas.
Los cultivos de hojas de coca en Bolivia se incrementaron en un 14 por ciento en 2016, hasta situarse en 23.100 hectáreas, según un informe del año pasado de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).