El presidente de Bolivia, Evo Morales, abandonó el sábado por la noche la clínica de la ciudad central de Cochabamba, en la que había sido internado de forma sorpresiva 24 horas antes, y los especialistas que lo atendieron dijeron que goza de "muy buena salud", informaron hoy medios oficiales.
La hospitalización no estaba anunciada y obligó a suspender a última hora tres discursos que Morales iba a pronunciar el sábado por la mañana en la ciudad andina de El Alto, en sendas inauguraciones de obras públicas.
Morales fue reemplazado por su vicepresidente, Álvaro García Linera, quien expresó que la hospitalización de Morales fue por exámenes de rutina.
"Su estado de salud es estable, sin alteraciones. Se encuentra muy bien de salud", aseguró el neumólogo Mauricio García, hermano del vicepresidente, a la agencia oficial ABI.
El parte médico habilita a Morales, de 52 años, a "volver a su rutina", incluidas sus jornadas de trabajo de hasta 15 horas y sus frecuentes actividades deportivas, tras las 24 horas en la clínica privada Los Olivos, donde ya fue sometido en 2011 a una operación de su rodilla izquierda.
Según fuentes oficiales, el mandatario de origen aimara fue examinado por cuatro especialistas que le hicieron controles de presión arterial, electrocardiogramas y análisis de laboratorio, tras lo cual le recomendaron solo "cuidar su alimentación" y regularizar los horarios de comidas.
"Es una cuestión muy normal. Él está gozando de una muy buena salud, bromeando como siempre. Sí, está en muy buen estado", declaró el hermano del vicepresidente, y agregó que Morales sigue jugando fútbol sin molestias en su rodilla.