La expresidenta interina de Bolivia Jeanine Áñez levantó, luego de 15 días, la huelga de hambre que cumplía en prisión por su libertad.
La decisión fue comunicada en las redes sociales de la exmandataria que administran sus familiares, con fotografías de un mensaje escrito por la misma Áñez en el que sostiene que cesa su medida de presión pese a estar en "desacuerdo" con ello y ante el pedido de sus hijos, abogados y varios sectores.
"Levanto mi huelga de hambre agradeciendo a cada boliviano la preocupación y el cariño demostrado de todas las formas (escritas, vía cartas, notas WhatsApp y transmitidas por los míos)", señala el mensaje.
Áñez aseguró que todavía tenía fuerzas para seguir con su "lucha" para que los bolivianos tengan "una justicia independiente y no servil al MAS", el gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS).
También recordó que inició la medida para exigir que se respeten sus derechos como exmandataria y que se la procese mediante un juicio de responsabilidades y no por la vía ordinaria, como impulsa el oficialismo al desconocer la legalidad de la transición para que ella asumiera la Presidencia en 2019.
"No existe estado de derecho para Jeanine Áñez y los otros presos políticos del Gobierno a la cabeza de Evo Morales", agregó Áñez, que se considera una "presa política".
El expresidente Jorge Quiroga reaccionó este jueves a la decisión de Áñez y escribió en Twitter que "la arbitrariedad pasa, el abuso termina y la democracia prevalecerá".
"Sus hijos, su país y la democracia necesitan a @JeanineAnez fuerte y luchando, para enfrentar juicios de responsabilidades que corresponden a una expresidenta, con apego a la CPE y la ley. Basta de linchamiento", agregó Quiroga, crítico del Gobierno de Luis Arce.
PRISIÓN PREVENTIVA
La exmandataria interina está en prisión preventiva en La Paz desde hace más de once meses acusada de sedición, terrorismo y conspiración por la crisis postelectoral de 2019 que derivó en la renuncia del entonces presidente Evo Morales, que para el oficialismo fue un "golpe de Estado".
Áñez inició una huelga de hambre ante el inicio del juicio por otro proceso, el llamado "golpe de Estado II", referido a sus acciones cuando era segunda vicepresidenta del Senado para asumir en 2019 la Presidencia de forma supuestamente irregular, según el oficialismo, tras las renuncias de Morales y de toda la línea de sucesión presidencial.
Su salud, que ha sufrido altibajos en prisión, se deterioró nuevamente como consecuencia de esa medida.
Grupos afines al oficialismo se movilizaron el pasado viernes en la puerta de la cárcel para impedir la salida de Áñez a un hospital para ser evaluada por instrucción de un juez que luego cambió de parecer y resolvió que se le atienda en prisión.
Estos sucesos coincidieron con la visita a Bolivia del relator especial de Naciones Unidas para la Independencia de Jueces y Abogados, el peruano Diego García-Sayán, quien aseguró que el Estado boliviano es responsable de garantizar la salud de la expresidenta.